El impopular Ilir Meta asume la presidencia de Albania

TIRANA. Ilir Meta, considerado por buena parte de la ciudadanía como uno de los principales exponentes de la corrupción endémica que sufre Albania desde hace décadas, a pesar de quedar absuelto por la Justicia, asumió hoy la presidencia del país y prometió ayudar a combatir esta lacra.

Meta, presidente del Parlamento de la legislatura que acaba de terminar, tomó posesión del cargo en una ceremonia extraordinaria del Parlamento en la que estaban presentes el primer ministro Edi Rama, ministros, diplomáticos extranjeros, representantes religiosos, entre otros.

En su breve discurso pronunciado tras el juramento, Meta prometió respetar la Constitución, “servir al espíritu del consenso y diálogo” y apoyar la “aplicación justa y transparente de la reforma judicial”, necesaria para fortalecer el Estado de derecho, y luchar contra la corrupción y el crimen, según dijo.

El exlíder del Movimiento Socialista para la Integración (LSI), fue elegido jefe de Estado el 28 de abril, con los votos de los diputados de su partido y de los socialistas, con quienes gobernó en los últimos cuatro años, mientras que el conservador Partido Democrático (PS) había boicoteado el Parlamento.

Meta, de 48 años, abandonó la semana pasada el LSI, que fundó y dirigió desde 2004, y lo dejó en manos de su esposa, Monika Kryemadhi, que será a la vez la primera dama de Albania.

En los últimos ocho años Meta ha sido uno de los principales protagonistas del poder político albanés, ya que los votos de los pocos diputados del LSI han sido decisivos para asegurar la mayoría gobernante, tanto de los conservadores en la legislatura que comenzó en 2009, como de los socialdemócratas cuatro años después.

A cambio de su apoyo, el LSI se aseguró los ministerios e instituciones públicas que más dinero público manejaban.

Este partido menor pasó a la oposición en las recientes elecciones generales del 25 de junio, en las que los socialistas del primer ministro, Edi Rama, lograron la mayoría absoluta.

Eligiendo a Meta presidente, Rama ha sacado temporalmente de la escena política al hombre más activo, ya que el cargo del presidente es protocolario, dijo el conocido analista de prensa Blendi Fevziu.

“Hoy hemos visto al ladrón convertirse en rey”. Con este incendiario comentario hecho en las redes sociales el día de la elección de Meta como nuevo presidente, el abogado y exministro de Justicia Spartak Ngjela, resumía lo que muchos ciudadanos piensan de su nuevo jefe de Estado.

Durante su larga carrera política, Meta, sin embargo, solo ha sido acusado de corrupción en una ocasión, en el año 2011.

En aquel año los albaneses vieron en una grabación hecha con una cámara oculta a Meta, entonces viceprimer ministro y titular de Exteriores con el ministro de Economía y Energía, Dritan Prifti, del LSI, mientras discutían sobre el tráfico de influencia en una licitación pública a cambio de recibir un soborno de 700.000 euros.

El vídeo publicado por un programa satírico-investigador de la cadena de televisión Top Channel provocó un aluvión de protestas antigubernamentales por parte de los socialdemócratas, entonces en la oposición, que acabaron con cuatro manifestantes muertos.

Un año después y tras su dimisión para posibilitar un proceso judicial, el Tribunal Supremo le absolvió de las acusaciones de corrupción y abuso de poder por “falta de pruebas”.

Durante el juicio, Meta rechazó las acusaciones de corrupción, aseguró que el vídeo era un “montaje” y que era víctima de una campaña “política” en su contra.

Algunos diarios críticos le han etiquetado hasta “padrino”, “jeque” o el “hombre de la corrupción”.

El pueblo le llama “Like floriri”, un apodo que juega con el diminutivo que reciben en Albania los Ilir, “Like”, y la palabra “oro”, atribuyéndole así el robo de grandes cantidades de monedas de oro, parte del tesoro de Estado, cuando era primer ministro del gobierno socialista, entre 1999 y 2002.

“Meta tiene muchos intereses empresariales, es muy rico yampliamente considerado un corrupto espectacular”, escribía en 2009 el embajador estadounidense John Withers, en un cable publicado por Wikileaks.

Mimoza Dhima

EFE