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El padre Hartley, entre los gestores de la Apelación Pastoral contra el Papa Francisco

El polémico defensor de los derechos de la comunidad migrante es de los firmantes del documento que rechaza la comunión de los homosexuales y los divorciados.

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El padre Hartley, entre los gestores de la Apelación Pastoral contra el Papa Francisco
Fotografía de archivo del padre Hartley. (FUENTE EXTERNA/ ALMUDENA MARTÍNEZ-BORDIÚ)

REDACCIÓN. El expárroco de San José de los Llanos, Christopher Hartley Sartorius, conocido en el país por su polémico activismo en favor de los trabajadores de la industria azucarera en los bateyes de la región Este, es uno de los 250 firmantes de la Apelación Pastoral a los Obispos para una Reafirmación Apostólica del Evangelio, un documento en el que, entre otras cosas, se acusa al Papa Francisco de hereje por pretender “acabar con el sacerdocio tal y como lo concibió Jesucristo, y consentir la ordenación de mujeres”.

Así lo reseñó ElDiario.Es, de España, en un texto en el que ubica a Hartley como uno de los ultraconservadores más activos entre los 11 eclesiásticos españoles que hasta ahora se han suscrito a la iniciativa, matizada por la dureza de sus críticas al Sumo Pontífice, al que culpan de ser el gestor del “caos doctrinal” que, a juicio de los denunciantes, impera en la iglesia católica por la apertura que arenga el jefe del Estado y soberano de Ciudad del Vaticano.

En la apelación los 250 disidentes piden a los obispos de todo el mundo no comulgar a los divorciados y divorciadas vueltos a casar, a los homosexuales y demás personas que “cometen actos objetivamente malos que laceran la moral cristiana”.

“Él (Christopher) está promoviendo, a través de la red, la ‘Apelación Pastoral’ a los obispos de todo el mundo para que hagan frente a la deriva teológica que, en su opinión, se está viviendo en el actual pontificado, y que se plasma en la apertura a los gays, a los divorciados vueltos a casar, en el debate sobre el papel de los laicos, el sacerdocio femenino o los curas casados”, precisa la nota.

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Infografía
Christopher Hartley en los campos de corte de caña en San Pedro de Macorís. Su cuestionado activismo trascendió al mundo en el año 2007 con el estreno del documental “El precio del azúcar” que dirigió el cineasta estadounidense Bill Haney. (FUENTE EXTERNA)

Hartley, que es doctor en Teología, estuvo en la República Dominicana desde el año 1997 hasta su remoción en el 2006. Su activismo en territorio nacional legó una de las más evocadas reyertas entre instituciones estatales vinculadas al tema migratorio, grupos empresariales, colectivos patrióticos y defensores de los derechos de los trabajadores e inmigrantes.

Denunció varias veces que recibió amenazas de muerte por su defensa a la comunidad migrante, generando discrepancias a lo interno de la iglesia y la objeción de su labor por parte del hoy arzobispo emérito de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez.

En julio de 2005 recibió el respaldo de monseñor Francisco Ozoria Acosta, en calidad de obispo, y de todos los sacerdotes de la diócesis de San Pedro de Macorís por alzar la voz “en contra de la explotación, la violación de los derechos humanos y la discriminación racial”. Sin embargo, Ozoria, a quien sectores de la vida nacional le reconocen afinidad con la doctrina del Papa Francisco, no se ha pronunciado ni figura entre los firmantes de la alzada que promueve Hartley Sartorius.

Su cuestionado activismo trascendió al mundo en el año 2007 con el estreno del documental “El precio del azúcar”, que dirigió el cineasta estadounidense Bill Haney y que registra la situación de pobreza de los bateyes y las condiciones laborales de los cañeros, mayoritariamente de nacionalidad haitiana.

El cura obligó a la administración del expresidente Leonel Fernández Reyna a quejarse a través de la Cancillería en la persona del entonces embajador ante el Reino de España, César Medina, con el arzobispo primado de ese país, monseñor Braulio Rodríguez Plaza, por la ‘insana campaña de descrédito’ que realizaba mediante constantes denuncias de supuestos maltratos a trabajadores de la caña provenientes de Haití.

Semanas después de la misiva, el padre Hartley fue llamado por Rodríguez Plaza a responder por las acusaciones formuladas, pero continuó, hecho que degeneró en su traslado hacia la ciudad de Nueva York. Hoy está en Etiopía en una misión junto a la congregación de Misioneras de la Caridad.

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