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Crisis venezolana
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Pocos venezolanos en la calle tras el veto a las protestas contra la Constituyente

La oposición llamó a mantener las protestas hasta el domingo, en desafío a la prohibición del gobierno de movilizaciones que afecten la elección de los 545 asambleístas, y a su amenaza de cárcel de 5 a 10 años a quienes la boicoteen.

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Pocos venezolanos en la calle tras el veto a las protestas contra la Constituyente
Vista general de una calle sin tráfico de vehículos durante una manifestación antigubernamental hoy, viernes 28 de julio de 2017, en Caracas. (EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ)

CARACAS. Pocos venezolanos acogieron este viernes el llamado de la oposición a una protesta contra la elección el domingo de una Asamblea Constituyente, luego de que el gobierno de Nicolás Maduro prohibiera las manifestaciones que afecten la votación.

Tras concluir en la mañana una huelga general de 48 horas que dejó ocho muertos, pequeños grupos bloqueaban este viernes con barricadas de basura y con cuerdas algunas vías del este y oeste de Caracas y de ciudades como Maracaibo, segunda del país, y San Cristóbal, en la frontera con Colombia.

A ratos con fuerte lluvia, varias calles, sobre todo del este capitalino, bastión opositor, estaban desoladas, sin tránsito vehicular y con poca gente caminando, pero el comercio estaba abierto. El transporte en otros sectores funcionaba normalmente.

“Es normal que haya temor, pero la gente sigue en la calle a pesar de todo. Ellos decidieron avanzar con esa locura. A partir del lunes, si hay alguien que está en aprietos, es el señor Maduro”, declaró el diputado Freddy Guevara.

La oposición llamó a mantener las protestas hasta el domingo, en desafío a la prohibición del gobierno de movilizaciones que afecten la elección de los 545 asambleístas, y a su amenaza de cárcel de 5 a 10 años a quienes la boicoteen, lo que fue rechazado por Amnistía Internacional.

“Dice la derecha que le va a impedir al pueblo salir a votar. ¿Ustedes creen que eso es posible? Jamás”, afirmó Maduro en un acto de entrega de viviendas.

La Constituyente aumentó la tensión en un país polarizado y sumido -pese a su riqueza petrolera- en una profunda crisis, con brutal inflación y grave escasez de alimentos y medicinas.

Desde que iniciaron hace cuatro meses, las protestas opositoras que exigen la salida de Maduro dejan 113 muertos, miles de heridos y detenidos.

La ONG Foro Penal reportó medio centenar de detenidos el jueves, entre ellos Wuilly Arteaga, un joven de 23 años que habitualmente toca el violín en las manifestaciones, arrestado por militares en Caracas.

“La carta ganadora”

En vísperas de la elección, el gobierno de Donald Trump sancionó a 13 funcionarios y militares venezolanos, entre ellos la presidenta el poder electoral, Tibisay Lucena, acusándolos de “minar la democracia” y de actos de violencia o corrupción.

Pero Maduro ratificó que no hay marcha atrás. Acusa a la oposición de intentar un golpe de Estado con apoyo de Washington, y a gobiernos de Latinoamérica y Europa, que pidieron frenar la Constituyente, de sumisión al “imperio”.

“Nos queda jugarnos una carta, la carta que va a ganar este juego, y esa carta es la Asamblea Nacional Constituyente”, manifestó Maduro, quien asegura que la Constituyente traerá paz y estabilidad económica.

El presidente planteó a su oponentes iniciar un diálogo antes de la votación, pero éstos calificaron la propuesta de “pura palabrería”.

Para sacar adelante su proyecto, Maduro cuenta con apoyo del máximo tribunal de justicia, del poder electoral y de los militares, a quienes ha dado gran poder político y económico.

Su iniciativa, vital para permanecer en el poder, provocó una fractura en el chavismo, encabezada por la fiscal general Luisa Ortega, quien aseguró que Maduro quiere seguir gobernando sobre “ruinas”.

La elección generó temores a un mayor caos y violencia. Muchos venezolanos se abastecieron de alimentos para estos días, miles cruzaron la frontera hacia Colombia.

Estados Unidos pidió a sus diplomáticos sacar a sus familias de Venezuela, y Canadá recomendó a sus ciudadanos evitar viajar a este país y salir a los que ya están.

Una elección sin rival

La oposición decidió no participar, alegando que la Constituyente no fue convocada en referendo y que el sistema comicial fue diseñado para que el gobierno la controle y haga una Carta Magna a su medida para instaurar una dictadura.

Según analistas, el rechazo a la Constituyente afecta su legitimidad, por lo que el gobierno moviliza a sus bases buscando evitar la abstención, tras los 7,6 millones de votos que la oposición asegura logró en el plebiscito simbólico que hizo hace dos semanas contra esa iniciativa.

Pero debido al método de elección, que combina sufragio por territorios y sectores sociales, 62% de los 19,8 millones de electores podrá votar dos veces, lo que dificulta el cálculo de participación, según el experto electoral Eugenio Martínez.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) flexibilizó los requisitos de votación permitiendo a los electores sufragar en cualquier centro electoral, ante “amenazas” de la oposición, anunció Lucena.

Un 70% de venezolanos rechaza la Constituyente, según Datanálisis. “Pero así voten dos personas el domingo, Maduro y Cilia Flores (la primera dama), saldrá Tibisay (Lucena) diciendo que fueron millones”, aseguró Guevara.

por Maria Isabel SANCHEZ

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