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Andrea, Barry, Chantal...

La temporada ciclónica de este año tiene diecisiete invitados, de los cuales nueve han sido pronosticados como posibles huracanes "intensos". Como siempre, la forma de estar protegidos es mantenerse al tanto del curso de cada una de las tormentas anunciadas.

os habitantes del Caribe continental e insular tienen trazados los designios que la Naturaleza trae año a año con la Temporada Ciclónica. El 2007 ya bautizó las diecisiete tormentas que se moverán por los cielos que cubren el océano Atlántico, desde el pasado 1º de junio hasta el 31 de noviembre del año en curso. En esta ocasión, el alfabeto, implacable a la hora de nombrar los fenómenos atmosféricos, ha dado los siguientes nombres a las tormentas que nos esperan para este ardiente verano. Ellas son: Andrea, Barry, Chantal, Dean, Erin, Félix, Gabrielle, Humberto, Ingrid, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Noel, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastián, Tanya, Van y Wendy.

Según las previsiones de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de los Estados Unidos –ANOA- el pronóstico de la Temporada Ciclónica 2007 es de "gran actividad y posible desarrollo de ciclones". La fuente indicó que algunos de los huracanes pueden pasar a categoría tres, lo que significa que son fenómenos de gran fuerza destructiva en la escala Saffir-Simpson, el modelo de medición usado para determinar el grado de los huracanes.

¿Tormentas o huracanes?

La pregunta es clave cuando se trata de dilucidar con cuántos posibles ciclones nos vamos a enfrentar durante los meses de junio a noviembre. La Oficina Nacional de Meteorología –ONAMET– trabaja para dar seguimiento con equipos y personal capacitado, a las tormentas del listado, y han previsto ya que nueve de las tormentas son posibles huracanes, y el pronóstico para el Caribe es que puede tratarse de ciclones intensos con vientos de más de 178 kilómetros por hora.

Según datos de la ONAMET, los números están por sobre el promedio histórico fijado entre 1950 y 2000, espacio en el que se han registrado un promedio de 10 tormentas al año, de las cuales seis son huracanes y dos, huracanes intensos.

El dato que maneja la ANOA, es que durante esta temporada, la actividad ciclónica de toda la cuenca del Atlántico será del 185% por sobre el promedio histórico. El año pasado el pronóstico era similar. No obstante, la temporada cliclónica del 2006 fue una de las menos activas de los últimos años.

En el país, en el aeropuerto internacional de Punta Cana, se ubica el radar Doppler, el cual está en funcionamiento para que inmediatamente sea determinado que la región se encuentra en "alerta de huracán" o "aviso de tormenta tropical", el aparato siga, segundo a segundo, el recorrido de los fenómenos atmosféricos, de manera que los organismos de seguridad puedan trabajar en los operativos de resguardo de la población.

Las autoridades de la ONAMET, iniciada la Temporada Ciclónica 2007 este pasado 1º de junio, informaron a la opinión pública que dentro del plan operativo de seguridad, entre otras cosas, emitió dar permiso de sobrevuelo del territorio nacional a los aviones caza huracanes de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, durante toda la temporada ciclónica de este año.

Las condiciones ambientales para un ciclón

En meteorología todo sucede en un marco de "condiciones ambientales o atmosféricas" del clima. Los ciclones tropicales o huracanes son tormentas de alta peligrosidad que los científicos miden bajo una escala de 1 a 5, sustentados en el modelo de Saffir-Simpson, el más usual en la Cuenca del Atlántico.

Para que se forme un huracán se deben cumplir condiciones como por ejemplo, que las aguas oceánicas alcancen la temperatura de 26.5 °C. En este caso se trata de ciclones que se cargan de energía del agua caliente de los trópicos y de la condensación del agua, en general.

En la Temporada Ciclónica actual las condiciones climatológicas se ven influenciadas por la Corriente de la Niña, que determina condiciones frías neutrales o débiles. Se trata de un fenómeno climatológico en el que las aguas del océano Pacífico tienden a enfriarse más de lo normal y esto hace que la posibilidad de formación de tormentas en la Cuenca Atlántica sean mayores, según afirma Wagner Lorenzo, meteorólogo de la OMET.

En este sentido el especialista precisó que el país cuenta con la tecnología y el personal preparado para dar seguimiento a las tormentas de esta temporada. "El rol de nosotros es mantener informados tanto a las instituciones de seguridad como a la comunidad en general, sobre el curso de las tempestades vaticinadas para este año. Por el momento la tormenta Barry, la segunda del listado, fue de poca peligrosidad y lejana a territorio nacional" sostuvo Lorenzo.

Según el ingeniero Lorenzo, el país está preparado para saber con anticipación sobre el curso de cualquier tormenta que se pueda convertir huracán y afectar a la República Dominicana. "Con los satélites y el radar ubicado en Punta Cana, podemos seguir el curso de cualquier huracán. Esta tecnología permite saber dónde se forma, el curso del mismo y la categoría. Y si el trayecto del ciclón tocará territorio nacional, lo sabremos con tiempo suficiente para activar los planes de acción y seguridad del COE y las instituciones de apoyo como Defensa Civil y Cruz Roja, entre otras.".

Diferencia entre Advertencia y Aviso de Huracán

Advertencia o Alerta de Huracán: Las condiciones de huracán son posibles en la zona especificada, normalmente dentro de las próximas 36 horas.

Aviso de Huracán: Las condiciones de huracán se pronostican en la zona especificada, normalmente dentro de las próximas 24 horas.