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Estudiando para ser doméstica

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Estudiando para ser doméstica
En la escuela, las alumnas tienen la oportunidad de poner en práctica lo que aprenden.

Cuando se ingresa al local del Centro Especializado de Formación en Servicios Domésticos (CEFESD), en Villa Juana, el visitante siente que llegó a una casa. A una casa limpia y bien arreglada, donde todos los elementos están estratégicamente dispuestos. Un juego de sala, repisa con su espejo, comedor, juego de habitación, cocina, baño, área de lavado…

Aunque la "casa" invita a acomodarse, es mejor abstenerse, porque el mobiliario disponible es parte de un modelo de enseñanza práctica, donde estudiantes aprenden a ordenar una vivienda, a fin de emplearse o desempeñar mejor sus labores como domésticos.

La escuela -que es gratuita- abrió el 8 de marzo de 2012, y ya ha egresado a 100 personas, siete de ellos hombres. Actualmente hay dos grupos realizando el curso, que se imparte dos veces por semana y sabatino, con el aval del Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep), que aporta la mayoría de la subvención.

Es la primera escuela con estas características en el país, y según Ruth Medrano, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Trabajadoras (Funamutra) y presidenta del centro, se creó con la visión de formar "una asistente real de hogar".

La iniciativa es de Fenamutra, que visualizó las demandas del sector sindical respecto a la mejora del trabajo doméstico y, a la vez, la falta de instrucción que predomina entre quiénes lo desempeñan.

"Nosotras entendimos que la traba era la incapacidad que tienen esas personas para hacer su trabajo eficientemente, porque no viene con instrucciones, no hay un librito, no hay un manual, simplemente desde que uno nace, uno ve al otro y punto", explica Medrano.

Para graduarse, los estudiantes deben asistir a 130 horas de docencia, divididas en varios módulos, en donde reciben clases de ética, emprendurismo, autoestima, derechos laborales, protección social, relaciones humanas y manejo de conflictos, ya que en muchos hogares se vive algún tipo de violencia.

"Eso es lo primero, ver que su trabajo es necesario, es productivo y que ellas son un ente necesario en la sociedad", dice Medrano.

Por supuesto, se hace énfasis en la práctica, en la organización de una sala, de la cama y la habitación, en la manipulación de alimentos, la puesta de la mesa, aprovechamiento de los recursos disponibles, disposición adecuada de las losas, manejo del microondas… También se les enseña a planchar y a manipular los distintos ciclos de las lavadoras, y cómo clasificar la ropa para no mezclar "los paños de la cocina con la ropa del señor".

El curso tiene, además, una parte de lectura de etiquetas y manejo de seguridad laboral, es decir, cómo manipular los químicos, y evitar exposiciones innecesarias al peligro.

A economizar

Una queja recurrente entre quienes tienen o han tenido servicio doméstico es sobre el derroche que muchas realizan de los bienes del hogar. Pues, este aspecto es tratado en las clases. En el CEFESD se les enseña a los alumnos a economizar en el hogar. A ahorrar agua, electricidad, comida, detergentes, y a reusar lo que se pueda.

Al final deben ser capaces de aplicar el eslogan de la escuela que es, "sabemos cumplir nuestros deberes, exigiendo nuestros derechos". "Aquí se les da toda una visión general de que el hogar es la unidad de la sociedad, primaria, productiva y, por ende, tiene que verse como una empresa, como una micropyme, para que entonces puedan de ahí salir, los productos terminados, que son más bien, el bienestar y la armonía en el hogar".

La idea es que cuando acuda a solicitar un trabajo, sepa todo lo que debe hacer, y que únicamente se ajuste a las exigencias del o la contratante.

¿Qué se exige?

Para inscribirse en la escuela, es necesario saber leer y escribir, no importa el grado. Aunque el Infotep exige el octavo aprobado para todos sus cursos, los directivos del CEFESD lograron que se avalara el pensum de "servicio doméstico" tan sólo con un nivel primario, debido a las características de las personas que desempeñan este oficio, que generalmente son de bajo nivel educativo. Por estas razones se enfatiza en las clases prácticas y audiovisuales, aunque también se les suministran folletos para complementar la enseñanza. Los aspirantes deben tener 16 años cumplidos y se requiere depositar copia de la cédula.

Énfasis en la ética

Que algunas maltratan a los niños, que se llevan las "cosas" a escondidas, que son haraganas, que no limpian, que se ponen la ropa de la señora, que se la pasan viendo televisión, que derrochan la comida y los detergentes, que piden muchos permisos, que llaman demasiado por teléfono… estas no son buenas referencias del servicio doméstico, pero la verdad es que todas se dan, y quienes dirigen la escuela lo reconocen.

"En un mundo generalizado hay de todo", comenta Medrano, y precisa que como parte del programa de formación abordan temas socioculturales como éstos, para evitar que los patrones negativos sean predominantes.

"En todos los sectores del mercado laboral vemos corrupción, vemos desvíos, vemos falta de profesionalidad y éste no puede escapar, dado que son personas que la mayoría de veces, lo ejercen con un nivel académico muy pobre, muy empírico", expresa la dirigente sindical, cuando se le pregunta sobre las múltiples quejas que tienen los contratantes sobre el servicio doméstico.

Para que las egresadas no emulen estos modelos negativos en sus lugares de trabajo, en el CEFESD se enfatiza en la ética, y en la necesidad de que deben exhibir un comedimiento, "de que lo que no es suyo no se lo pueden llevar" del lugar de trabajo. "Porque de una empresa tú no puedes sacar lo que es tuyo", ejemplifica Medrano.

Reglas claras

A juicio de Medrano, para que el servicio doméstico mejore en el país tienen que existir reglas claras, como definición de un horario de trabajo y de un salario mínimo.

Aunque sectores de los empleadores entienden que esto sería negativo y que provocaría desempleo, para la activista sindical, no es así. Considera que reglas claras facilitarían la relación laboral, pues las domésticas podrían ir con un curriculum, y un contrato de trabajo, y las dos partes tendrían bases para exigir.

De hecho, quienes egresan del CEFESD llevan consigo su curriculum y una propuesta de contrato de trabajo que puede ser llenado a mano. La finalidad es que se especifique para qué fue contratada la persona, y ésta, a su vez, indique lo que sabe hacer. Con estos instrumentos se persigue que posteriormente, ninguna de las partes alegue ignorancia. "Tiene que haber categorizaciones (salariales). Tienen que estar bien definidas las responsabilidades, porque es que hay una cosa, las domésticas no tienen horario (las contratadas con dormidas), todavía a las diez de la noche están trabajando. Es más bien poner parámetros, porque muchas empleadoras lo hacen de manera inconsciente, o sea, porque a veces la ven como parte de la familia, pero al mismo tiempo no saben cómo exigirles, entonces tiene que haber un juego de trabajo definido".

Cabe destacar que las domésticas contratadas con dormida incluida, el Código Laboral establece que dentro del salario se incluye el costo de la alimentación y el dormitorio, por lo que en su conjunto resulta ser más alto que en otros casos.

Satisfacciones

A un año del funcionamiento de la escuela, las egresadas que se han colocado en el mercado laboral tienen buenos testimonios, igual que sus contratantes, dice Medrano.

"Hemos visto que esto (la formación) repercute en el bienestar y en el desempeño armónico del hogar", comenta, y agrega que han realizado encuestas tanto a la empleada como a su empleador para determinar grados de satisfacciones.

Sin embargo, acota que a pesar de que el curso es gratuito, a las que están contratadas se les dificulta participar, porque muchas veces tienen problemas para conseguir los permisos.

Para graduarse en la escuela, que es avalada por Infotep, los candidatos deben asistir a 130 horas de docencia.

¿Dónde está?


La escuela está localizada en la calle Jesús Ravelo, No. 56, en el local de la CNTD, 1er. Nivel, Villa Juana, Distrito Nacional Tel. 809-686-4847 / 809-221-2117

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