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Experiencia iberoamericana demuestra en Unesco que la cultura crea desarrollo

"Y yo creo que la lección que hemos aprendido es que la cultura también es un motor económico"

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Experiencia iberoamericana demuestra en Unesco que la cultura crea desarrollo
CHINA.- La experiencia de gobiernos locales y nacionales ha sido una fuente de trabajo vital en el congreso de la Unesco sobre cultura y desarrollo que concluyó hoy en China, donde ciudades como Bilbao y Medellín y países como Argentina mostraron que realmente la cultura es una fuente de desarrollo.

El congreso concluyó hoy con una "Declaración de Hangzhou" para promover que la ONU incluya esa idea entre los Objetivos para el Milenio de su llamada "agenda post-2015", donde se recoge la necesidad de "garantizar unos derechos culturales para todos, para promover un desarrollo sostenible inclusivo" en la sociedad.

Desde perspectivas diferentes, los gobiernos locales iberoamericanos aportaron algunos de los ejemplos más evidentes de los programas de trabajo.

"El caso de Bilbao es un ejemplo concreto, con los pies en el suelo, de cómo la ciudad ha cambiado partiendo de un momento de crisis, en los ochenta", y con la creación del Museo Guggenheim, logró darle un vuelco a la identidad y a la economía de la ciudad, explicó a Efe su teniente de alcalde, Ibone Bengoetxea.

La también concejala bilbaína de Cultura y Educación explicó en el foro cómo la ciudad vasca "ha sabido hacer una regeneración urbana basada en la cultura, en la sociedad del conocimiento", con resultados "no sé si envidiados o admirados, pero sí que suscitan gran interés por parte de la comunidad internacional".

"Entre otras cosas, lo que Bilbao ha conseguido es que aquello que en su momento se vio como una amenaza, el invertir gran cantidad de recursos, en un momento de crisis, en un proyecto estratégico como fue el Museo Guggenheim", puede en realidad crear riqueza y desarrollo para los habitantes de una ciudad, indicó.

El proyecto "no fue bien acogido por la sociedad en aquel momento, porque se entendía que ese dinero podía ser destinado a toda esa industria (metalúrgica) que estaba en crisis, aunque no habría salido adelante solamente con una inyección de dinero que tendría que haber sido continua", dijo.

"Y yo creo que la lección que hemos aprendido es que la cultura también es un motor económico", hasta el punto de poder cambiar la vida de una ciudad como ha ocurrido en Bilbao, donde hay 6.630 puestos de trabajo en sectores culturales o creativos, que suponen el 6,8 por ciento de los negocios de la ciudad.

El Guggenheim recibe más de un millón de visitantes al año, que con una estancia media de 1,9 días se dejan unos 350 euros en servicios por persona en la ciudad, lo que "dinamiza la economía", destacó, mientras el museo aporta 49 millones de euros directos sólo en impuestos, en cifras de 2012.

Por su parte, la experiencia de Medellín (Colombia) es aún más reveladora, ya que su política cultural, desde los años noventa, ha permitido reducir la violencia entre un 70 y un 80 por ciento, desde las 384 muertes violentas al año por cada 100.000 habitantes, en el peor momento por los cárteles de la droga, a entre 15 y 30 hoy.

"Lo interesante del caso de Medellín es que demuestra que no se consigue con la cultura en general, sino con unas políticas culturales fruto de un diagnóstico muy profesional, que reconoce qué es lo que le importa a la gente y actúa en consecuencia", explicó el consultor mexicano Carlos Villaseñor, que asesora a esa ciudad.

"Esto dio una lección muy grande, porque le enseñó a la institución gubernamental que si quiere desarrollar políticas de desarrollo social, tiene que ser contando con la gente, conociendo qué es lo que quiere, qué es lo que tiene razones para valorar, y qué es aquello que le llama y le hace participar", resumió.

Así se combatió la violencia por la rivalidad en el fútbol, por ejemplo, con la canalización de la agresividad mediante programas de radio local con participación de la comunidad o se logró integrar a jóvenes antes enfrentados mediante su participación en festivales musicales.

Algo parecido se hace en Argentina, explicó también a Efe Claudio Espector, director del Programa de Orquestas y Coros del Bicentenario, en el que se ha involucrado desde 2007 a más de 40.000 jóvenes de todo el país en más de 100 orquestas y 80 coros locales, que han permitido su integración y hasta su vuelta a las escuelas.