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Boquete cumple el deseo de una octogenaria que le sigue desde hace años

SANTO DOMINGO. Doña Liliana de Bobea es una fiel lectora de Diario Libre y se declara admiradora de “José Boquete”. A ella le gusta cómo enfoca los problemas y el resultado de sus denuncias.

Ella, con casi 88 años, tiene limitaciones físicas, pero una mente maravillosa y, aunque vive en Piantini, cerca de la redacción de este diario, no había podido ir a conocer a su personaje favorito.

De alguna manera se comunicó con Mercedes Peralta, la secretaria del director, Adriano Miguel Tejada, y le motivó tanto sobre su interés de conocer a Boquete, que Diario Libre dio la sorpresa a doña Liliana de llevarle a su admirado colaborador del periódico hasta su propio hogar.

Ella salió al encuentro a pasito lento hasta el parqueo, apoyada en un andador de tres ruedas y, tan pronto alcanzó a ver a José Boquete, una sonrisa iluminó su rostro. Lejos de tenerle miedo, como ocurre con frecuencia, ella lo acarició y le habló como si se conocieran de antaño.

¿Qué le motivó a conocer a Boquete? “Es que Boquete hace una buena labor... Yo me asombro de Diario Libre, y tengo para escribirle tanto al director como a Doña Inés lo que Boquete está haciendo en pro de todos los dominicanos. ¡Ojalá ellos puedan recibir el impacto que está teniendo Diario Libre!”, sostuvo.

Se siente privilegiada de que Boquete haya ido a su casa, y felicita también al artista que le dio al personaje figura humana.

“José Boquete es tan real que yo misma quería saber quién era. Yo todos los días leo Diario Libre y Estilos cada sábado. Yo tengo casi 88 años, el 26 de enero los cumplo... Soy la mujer más feliz y dichosa del mundo, todo lo que veo es hermoso”.

Con fuerza en la voz, doña Liliana habla de su estado físico. Dice que quiere descansar ya y estar junto al Señor, pero sabe que no ha llegado su hora, porque eso solo lo sabe Dios.

Cuenta que desde hace mucho buscó la verdad y se unió a grupos filosóficos hasta que –dice- conoció al Señor por revelación y desde entonces ha estado enamorada de él.

Se casó a los 16 años y procreó cuatro hijos con quien fue su esposo, ya fallecido. Sus hijos le han dado 15 nietos y un biznieto por los que se siente bendecida.

Ella, al casarse tan joven no tuvo tiempo de ir a la universidad, porque tenía que trabajar, y ese era uno de sus anhelos. Hace años la Universidad Evangélica le otorgó el título Honoris Causa, y aunque lo agradece, dice que su alegría al conocer a Dios es más grande que cualquier reconocimiento terrenal.

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