La desigual producción fronteriza

ZONA FRONTERIZA. La economía fronteriza requiere más representación en términos impositivos. Al menos así se desprende de los reportes fiscales. En la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), al 2013 había registrados 11,466 contribuyentes, que representaban apenas el 1.5 % del total nacional.

El Directorio de Empresas y Establecimientos de la Oficina Nacional de Estadísticas tiene en su base de datos 565 negocios en las provincias fronterizas, y el 83.5 % está en Montecristi y Dajabón. Estas empresas emplean a 12,905 personas, en su mayoría en los sectores suministro, financiero, manufactura, comercio, agricultura, silvicultura, pesca y administración pública.

Diario Libre recorrió las cinco provincias que hacen frontera con Haití para conocer su situación productiva, especialmente la agropecuaria. 

Montecristi

La temperatura estaba a 32 grados centígrados a la una de la tarde de ese jueves en que Elise, de 56 años, llenaba fundas con tierra negra para sembrar plantas de banano en un vivero del proyecto estatal La Cruz de Manzanillo.

Dentro del vivero hacía lo mismo Miguelina, que al igual que Elise, es una inmigrante haitiana indocumentada. Desde las 6 de la mañana hasta las 5 de la tarde Miguelina se la pasa llenando unas 700 fundas, por las que recibe 50 centavos por cada una.

Elise durante la faena.

El Ministerio de Agricultura reporta que Montecristi concentra 151,084 tareas de banano orgánico y convencional, y representantes del sector estiman que la provincia aporta el 55 % de la producción del país.

El Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana estima que entre 2012-2014 el país exportó US$524.7 millones en banano.

Esta actividad ofrece empleo en Montecristi a unas 23 mil personas, siendo el 90 % inmigrantes haitianos, muchos de ellos indocumentados que deben ir al Plan Nacional de Regularización de Extranjeros. Elise y Miguelina forman parte de ese porcentaje que trabaja para el sector privado y estatal.

Luego de que hace casi dos años el Gobierno relanzara el proyecto La Cruz de Manzanillo, y en 2013 prestara RD$440 millones a los productores privados, la producción ha mejorado, siendo el mercado europeo el cliente mayoritario.

La variedad producida es la Williams. La provincia cuenta con el Puerto de Manzanillo, que en medio de reclamos del empresariado para que sea dinamizado, se utiliza para exportar la mayor parte de los embarques de banano.

Empleados en un lavadero de banano.

"Actualmente nosotros estamos aportando el cuatro por ciento de la exportación de la República Dominicana. El proyecto aspira a representar el 10 por ciento", dice el administrador de La Cruz de Manzanillo, Ramón Fondeur.

La Asociación de Productores Exportadores de Bananos de Montecristi (Asexbam) tiene 192 miembros y 16 mil tareas. Su tesorero, Ramón Faña, indica que para fin de año, con la reducción de los costos, se espera producir hasta 500 mil cajas semanales, para que el país sea competitivo con Centroamérica. Al estar bajo el programa Comercio Justo, una caja orgánica se vende a US$9.60 y convencional a US$7.25.

La ganadería bovina y ovicaprina, y la pesca, son también áreas explotadas. Además, el Ministerio de Agricultura destaca que la provincia cultiva 439,457 tareas al año de arroz, en dos cosechas; 12,500 de sábila y 5,636 de tomate industrial.

A esto se suma la producción artesanal de sal, la principal del país, con más de 300 productores independientes. El senador de la provincia, Heinz Vieluf, entiende que hace falta la intervención de inversionistas para construir una refinería que saque al sector de la crisis. "Han venido algunos, pero cuando llega el momento de decir a quién tú le compras (...), la mayoría de las compañías se echan para atrás", dice el legislador.

Salinas de Montecristi.

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Dajabón

El comercio transfronterizo hace importantes aportes a la economía. La agropecuaria se destaca por el ganado lechero, que debido a la sequía, ha disminuido la producción de 60 mil litros diarios que se extraían en marzo, a 40 mil.

La provincia también se destaca por el cultivo de arroz, un sector que desde 2012 se ha ido levantando de la quiebra. En la actual zafra se recolectan 72 mil fanegas en 19 mil tareas.

"Estamos teniendo cierta estabilidad. Danilo Medina encontró la producción arrocera en una etapa crítica, en quiebra, y se ha ido levantando poco a poco", dice Wáscar Sigollén, presidente de la Asociación de Productores de Arroz de Dajabón. "Desde luego ha habido escollos, porque los productores tenemos deudas atrasadas en instituciones financieras tales como el Banco Agrícola y financiadores informales", agrega.

El Gobierno, a través del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, ha hecho algunos aportes, como la reconstrucción del canal Juan Calvo, la construcción de la presa La Piña y la rehabilitación de la represa Cabeza de Caballo.

Ganado vacuno en la provincia.

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Elías Piña

Esta provincia está considerada como la más pobre del país. Algunos agricultores aún utilizan yuntas de bueyes para arar la tierra. Con terrenos intramontañosos y microclimas, tiene una superficie cultivable de más de un millón de tareas. Sin embargo su senador, Adriano Sánchez Roa, lamenta que escasamente se siembren unas 80 mil.

Los cultivos más importantes son tamarindo, auyama, habichuela roja, guandul, arroz y otros de ciclo corto. Sin embargo, hay una situación que está retrasando la producción: la sequía estacional que se ha prolongado hasta después de marzo.

Tito de los Santos, presidente de la Asociación de Productores en Ambiente Controlado, lamenta que la cosecha de primavera de habichuelas, maíz y guandules, esté afectada en 60 %, especialmente en Hondo Valle. "Los agricultores siembran en primavera y no ha llovido, y estamos en mayo", dice.

Indica que una de las limitantes es que los sistemas de regadío se concentran en los cultivos de vegetales, quedando el 90 % a merced de la lluvia. "Debe instalarse un sistema de regadío completo", exige.

Un agricultor en proceso de arado. 

Independencia

La principal actividad económica de la provincia es el comercio transfronterizo a través del paso de Jimaní, y la parte agropecuaria se divide en un antes y un después de las crecidas del lago Enriquillo desde hace ocho años.

Terrenos dedicados al ganado y al cultivo de guandules, maíz, plátanos, sorgo y habichuelas rojas y negras, quedaron inundados por las aguas. Unas 625 familias esperan que el gobierno continúe con la entrega de 51 mil tareas, que empezó a repartir en Baitoa, y que debe seguir en Espartillar, El Limón, Tierra de Guzmán, Cerro Colorao, Bartolomé, Las Clavellinas y las Tres Luces, con una inversión de RD$1,200 millones.

Una porción de la finca de Darvis García, presidente de la Asociación de Ganaderos y Productores de Leche de Duvergé, tiene un aspecto tétrico. De una tierra fangosa emergen troncos grises, secos por las aguas. Su vista se pierde entre el lago cuando trata de delimitar hasta dónde llega la inundación en el 90 % de sus 1,200 tareas.

Darvis García en una parte de su finca inundada por el lago Enriquillo.

"Antes de la crecida estábamos vendiendo más de 400 litros de leche diarios, y tenía una ganancia, ahora tengo muchos gastos, antes no tenía muchos gastos, tenía pasto suficiente, forraje suficiente, y con una expectativa de crecimiento enorme, porque antes esta zona tenía unas 12,600 cabezas, y después de las crecidas del lago Enriquillo apenas llegamos a más de mil. Apenas nos estamos recuperando, y debemos tener sobre las 3 mil", dice García.

Por la sequía, las aguas del lago han disminuido, pero los terrenos que han quedado secos son improductivos. "Tenemos más de 175 mil tareas bajo agua (...) Ahora mismo tenemos más de 25 ganaderos cargando agua para poder abastecer su ganado", se lamenta. 

Pedernales

Esta provincia tiene dos dilemas: el 60 % de su área total está en zonas protegidas, que incluyen el 95 % de sus tierras productivas, y alrededor del 90 % de los agricultores y ganaderos no posee títulos de propiedad.

Esto ocurre en parcelas que inclusive quedaron dentro del Parque Nacional Sierra de Bahoruco cuando el Estado estableció sus límites.

En terrenos de la Sierra, en Los Arroyos, se produce aguacates Hass para exportación, y cultivos a pequeña escala con modos de arrendamiento de dominicanos a inmigrantes haitianos a cambio de un porcentaje de la cosecha. Además, se hacen hornos para producir carbón de manera ilegal, impactando negativamente los bosques.

Marcos Fernández, quien fue subdirector regional del Ministerio de Agricultura entre 2000-2004, es propietario sin título desde 1985 de unas 400 tareas en Los Arroyos, que valora a RD$1,500 cada una. Entiende que cuando se ha hablado de remediar la situación "los ambientalistas son irracionales".

La producción de la provincia también se basa en la ganadería de carne y la pesca, y el cultivo de leguminosas, raíces tropicales, plátanos, mango, guineo y café, este último afectado por la plaga de la roya. 

El pasado domingo, el presidente Danilo Medina visitó Mencía, y anunció que el Gobierno ayudará con financiamientos a productores de ovejos de esta comunidad, La Altagracia y Aguas Negras.

Finca de aguacates en Los Arroyos.

Otra actividad económica es la producción de cemento, siendo la responsable Cementos Andino Dominicanos. Ángel Zabala, gobernador de Pedernales, señala que la compañía está pasando por "una gran recesión por un asunto de índole económico y de liquidez de la empresa que la ha llevado, como consecuencia, a suspender de manera temporera más del 50 por ciento de su empleomanía".

Pedernales también se caracteriza por la minería de bauxita y caliza. Esta última la tiene a su cargo la empresa Ideal Dominicana. Dovemco se encarga de exportar la bauxita, y el gobernador Zabala explica que la compañía "está trabajando a toda capacidad, exportando alrededor de 150 a 200 mil toneladas mensuales en barcos que van directamente a China".

Mina de bauxita en Las Mercedes, Pedernales.

A pesar de que al año pasado, la exportación de bauxita había generado ganancias a la provincia superiores a los RD$58 millones, esta actividad contamina el medioamiente, incluyendo el litoral costero marino.

"Los camiones circulan por las calles con esa tierra roja -dice Zabala-, y dondequiera dejan caer una porción y no llevan controles. Hay mucha contaminación de bauxita en el pueblo y en el litoral costero marino, porque la bauxita es transportada en barcazas desde el muelle de Cabo Rojo hacia alta mar, donde están anclados los grandes barcos, y el derramamiento que hay en el camino se va acumulando en todo el litoral costero marino, y está afectando nuestra fauna".  

Puerto de Cabo Rojo, Pedernales. 

Mariela Mejía