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Mueren 36 en ataque a campamento suní en Irak

La lucha estalló en el ex baluarte insurgente de Hawija, unos 240 kilómetros al norte de Bagdad

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Mueren 36 en ataque a campamento suní en Irak
BAGDAD. — Fuerzas de seguridad iraquíes respaldadas por helicópteros atacaron un campamento suní de protesta el martes en la madrugada, lo cual desató enfrentamientos en los que murieron 36 personas e incrementó significativamente la ira contra el gobierno encabezado por los chiíes.

La lucha estalló en el ex baluarte insurgente de Hawija, unos 240 kilómetros (160 millas) al norte de Bagdad. Al igual que muchas comunidades predominantemente suníes, desde hace meses el poblado ha sido escenario de protestas en las que los inconformes acusan al gobierno de negligencia y de pretender la aplicación de una agenda sectaria.

En aparente respuesta al ataque de las fuerzas de seguridad, extremistas intentaron capturar dos puestos del ejército en la localidad vecina de Rashad, donde fueron muertos seis de los agresores, dijo el Ministerio de Defensa.

Otros siete extremistas murieron cuando intentaron atacar los puestos militares en otra localidad, Riyad, según la policía y autoridades médicas. La inconformidad también se propagó a otras regiones suníes en el país, como la conflictiva provincia occidental de Anbar, donde manifestantes salieron a las calles y chocaron con la policía.

El primer ministro Nuri Al-Maliki anunció la formación de una comisión ministerial especial que investigue los acontecimientos en Hawija, lo cual pone de relieve la preocupación del gobierno ante el incidente.

Las tensiones sectarias se han intensificado durante meses ante las persistentes protestas suníes, que comenzaron en diciembre y que las autoridades temen se deban a un fortalecimiento de al Qaida y de otros grupos extremistas que tienen apoyo suní.

En Hawija las fuerzas estadounidenses y las iraquíes solían recibir frecuentes ataques letales de al Qaida en Irak y de otros insurgentes.

La nueva situación suscita temores de que la acumulación de la ira entre los suníes pudiera propiciar una nueva oleada de actos de violencia.

Eliana Nabaa, una vocera de las Naciones Unidas en Irak, confirmó que hubo varios muertos y exhortó a las partes en disputa a deponer las armas de inmediato.

Las protestas contra el gobierno dominado por los chiíes comenzaron en el oeste de Irak en diciembre después del arresto de guardaespaldas asignados al ministro de Finanzas Rafia al-Issawi, un suní. Las manifestaciones se propagaron rápidamente a otras áreas donde reside la minoría árabe suní de Irak, incluida Hawija.

El ministerio de Defensa iraquí dijo que 23 personas murieron en el primer ataque sobre Hawija. Entre los muertos estaba un oficial del ejército, dos soldados y 20 "milicianos que utilizaban la manifestación como lugar para ocultarse". Otros nueve integrantes de las fuerzas armadas resultaron heridos, informó el ministerio en un comunicado.

Los extremistas muertos eran integrantes de al-Qaida y del proscrito Partido Baath, al que pertenecía el dictador Saddam Hussein.