Persisten los rezagos en contra de los derechos humanos de la mujer
Lucy Arraya
"Estoy contra el particularismo de país, de religión, de especie. No cuente conmigo para hacer particularismo de sexo. Creo que una mujer inteligente vale tanto como un hombre inteligente. Es una simple verdad". Margarite Yourcenar. 1955
El año 2014, fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el tema: "Derechos Humanos, 365 días al año", con el fin de recordarle a los Estados que el respeto a los derechos básicos e inalienables a toda persona son de imprescindible cumplimiento para garantizar la justicia, la equidad e igualdad en todo el mundo.
Con respecto a los derechos humanos de la mujer, tales como el derecho a la educación, a una vida digna, a la salud sexual y reproductiva, a su pleno desarrollo, al trabajo, a la participación política y a una vida libre de violencia, han significado como hemos expresado con anterioridad, una lucha tenaz para las mujeres en los distintos procesos de la historia contemporánea.
Varios organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales se han hecho eco de este clamor en pro de la reivindicación de los referidos derechos. De ahí, que cada 8 de marzo y 25 de noviembre se recuerde a través de distintas publicaciones y actividades la necesidad imperiosa de implementar dichos derechos en beneficio de todos y todas.
Al finalizar el año 2014, me pregunté: ¿Qué se ha logrado a nivel internacional con el plan de trabajo de las Naciones Unidas en favor de los derechos humanos de la mujer?, ¿Cómo podemos evaluar el significado de los derechos humanos de las mujeres en nuestro país? La respuesta y la percepción de los ciudadanos y ciudadanas, es que no hemos podido, en primer lugar, erradicar la violencia, entre otros males que nos afectan. Cabe señalar, para bien, que el Congreso de la República aprobó el año pasado el nuevo Código Penal, que incorpora en su artículo 100 la figura del feminicidio, sancionando la violencia contra la mujer en toda su dimensión. Por otra parte, fue elegida Cristina Lizardo como presidenta del Senado de la República, siendo la primera mujer al frente de esa cámara alta, en sus 171 años de existencia.
Con respecto al trabajo desplegado por los organismos internacionales, que incluyen investigaciones in situ, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, primera mujer al frente de ese organismo especializado de la ONU, expresó en su blog que: "muchos países tienen restricciones legales que conspiran contra la independencia económica de la mujer, y que pese a los avances en la igualdad de género, casi un 90% de los países siguen teniendo al menos una restricción legal basada en género, y 28 países tienen 10 o más de tales leyes, que limitan a las mujeres en el derecho a la propiedad, a ciertos trabajos y a ejercer determinadas profesiones. Es decir, que continúan leyes que discriminan a las mujeres en distintos roles sociales a nivel internacional".
A nivel regional, se realizó en noviembre del 2014, la Mesa Redonda Beijing+20 en América Latina y del Caribe, que organizó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Chile, con el objetivo de analizar los 20 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, aprobada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995.
La evaluación y examen de la implementación de esta importante iniciativa en la reafirmación de los derechos de la mujer, concluyó que en estos 20 años se han visto avances significativos para las mujeres en muchos aspectos, pero también rezagos, entre estos últimos diferencias regionales y dificultades en áreas relevantes, como resultado del surgimiento de nuevas formas de violencia y discriminación.
Asimismo, en el marco de dicho evento, la CEPAL divulgó un informe que señala alarmadamente las cifras que muestran los casos de feminicidios ocurridos el año pasado, donde 88 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas en Colombia, 83 en Perú, 46 en El Salvador, 40 en Chile, 25 en Uruguay, 20 en Paraguay, 17 en Guatemala y 71 en República Dominicana.
A la luz de los datos arriba indicados, se demuestra que aún persiste este flagelo y de que los retrocesos que hemos tenido en la lucha, evidencian una situación a nivel regional y mundial en detrimento de las mujeres y, por ende, en las capacidades de los hombres y mujeres en lograr una paz durable y positiva que incida en el desarrollo nacional de los países.
A inicios del presente año, ante la situación "especial" y rigurosa en que viven algunas mujeres en países asiáticos y africanos, el papa Francisco llamó la atención sobre el papel e importancia de la mujer en la sociedad e insistió en que la misma asuma mayores responsabilidades en la iglesia católica al igual que en las esferas profesionales y políticas. En ese sentido, el Episcopado dominicano solicitó a la feligresía católica, mediante su carta pastoral emitida el pasado 21 de enero de 2015, reconocer la dignidad de la mujer en toda su dimensión.
Urge hacer un cambio, de reafirmar nuestra determinación y transformar las palabras en acción, de hacer cada uno nuestra parte, para construir una sociedad libre de las violencias y violaciones de derechos humanos que afectan la dignidad humana de las mujeres.
Sobre el particular, la reciente Declaración de la cumbre de líderes sobre Mujeres y Poder, que convocó ONU Mujeres y el Gobierno de Chile, el pasado 27 de febrero, reafirmó lo que se ha venido planteando de manera reiterada en distintos espacios y plataformas. Los derechos de las mujeres son derechos humanos, por tanto, las oportunidades que se brinden a las mujeres son las posibilidades que tendremos para salir adelante como país y persona. Asimismo, el cónclave terminó asumiendo el compromiso de continuar con la ruta trazada para el empoderamiento de las mujeres, y de que la ONU adopte en este año los Objetivos de Desarrollo Sostenible para los próximos 15 años, los cuales impulsarán un cambio tanto en la historia escrita como por escribir de las mujeres.
El año 2014, fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el tema: "Derechos Humanos, 365 días al año", con el fin de recordarle a los Estados que el respeto a los derechos básicos e inalienables a toda persona son de imprescindible cumplimiento para garantizar la justicia, la equidad e igualdad en todo el mundo.
Con respecto a los derechos humanos de la mujer, tales como el derecho a la educación, a una vida digna, a la salud sexual y reproductiva, a su pleno desarrollo, al trabajo, a la participación política y a una vida libre de violencia, han significado como hemos expresado con anterioridad, una lucha tenaz para las mujeres en los distintos procesos de la historia contemporánea.
Varios organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales se han hecho eco de este clamor en pro de la reivindicación de los referidos derechos. De ahí, que cada 8 de marzo y 25 de noviembre se recuerde a través de distintas publicaciones y actividades la necesidad imperiosa de implementar dichos derechos en beneficio de todos y todas.
Al finalizar el año 2014, me pregunté: ¿Qué se ha logrado a nivel internacional con el plan de trabajo de las Naciones Unidas en favor de los derechos humanos de la mujer?, ¿Cómo podemos evaluar el significado de los derechos humanos de las mujeres en nuestro país? La respuesta y la percepción de los ciudadanos y ciudadanas, es que no hemos podido, en primer lugar, erradicar la violencia, entre otros males que nos afectan. Cabe señalar, para bien, que el Congreso de la República aprobó el año pasado el nuevo Código Penal, que incorpora en su artículo 100 la figura del feminicidio, sancionando la violencia contra la mujer en toda su dimensión. Por otra parte, fue elegida Cristina Lizardo como presidenta del Senado de la República, siendo la primera mujer al frente de esa cámara alta, en sus 171 años de existencia.
Con respecto al trabajo desplegado por los organismos internacionales, que incluyen investigaciones in situ, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, primera mujer al frente de ese organismo especializado de la ONU, expresó en su blog que: "muchos países tienen restricciones legales que conspiran contra la independencia económica de la mujer, y que pese a los avances en la igualdad de género, casi un 90% de los países siguen teniendo al menos una restricción legal basada en género, y 28 países tienen 10 o más de tales leyes, que limitan a las mujeres en el derecho a la propiedad, a ciertos trabajos y a ejercer determinadas profesiones. Es decir, que continúan leyes que discriminan a las mujeres en distintos roles sociales a nivel internacional".
A nivel regional, se realizó en noviembre del 2014, la Mesa Redonda Beijing+20 en América Latina y del Caribe, que organizó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Chile, con el objetivo de analizar los 20 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, aprobada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995.
La evaluación y examen de la implementación de esta importante iniciativa en la reafirmación de los derechos de la mujer, concluyó que en estos 20 años se han visto avances significativos para las mujeres en muchos aspectos, pero también rezagos, entre estos últimos diferencias regionales y dificultades en áreas relevantes, como resultado del surgimiento de nuevas formas de violencia y discriminación.
Asimismo, en el marco de dicho evento, la CEPAL divulgó un informe que señala alarmadamente las cifras que muestran los casos de feminicidios ocurridos el año pasado, donde 88 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas en Colombia, 83 en Perú, 46 en El Salvador, 40 en Chile, 25 en Uruguay, 20 en Paraguay, 17 en Guatemala y 71 en República Dominicana.
A la luz de los datos arriba indicados, se demuestra que aún persiste este flagelo y de que los retrocesos que hemos tenido en la lucha, evidencian una situación a nivel regional y mundial en detrimento de las mujeres y, por ende, en las capacidades de los hombres y mujeres en lograr una paz durable y positiva que incida en el desarrollo nacional de los países.
A inicios del presente año, ante la situación "especial" y rigurosa en que viven algunas mujeres en países asiáticos y africanos, el papa Francisco llamó la atención sobre el papel e importancia de la mujer en la sociedad e insistió en que la misma asuma mayores responsabilidades en la iglesia católica al igual que en las esferas profesionales y políticas. En ese sentido, el Episcopado dominicano solicitó a la feligresía católica, mediante su carta pastoral emitida el pasado 21 de enero de 2015, reconocer la dignidad de la mujer en toda su dimensión.
Urge hacer un cambio, de reafirmar nuestra determinación y transformar las palabras en acción, de hacer cada uno nuestra parte, para construir una sociedad libre de las violencias y violaciones de derechos humanos que afectan la dignidad humana de las mujeres.
Sobre el particular, la reciente Declaración de la cumbre de líderes sobre Mujeres y Poder, que convocó ONU Mujeres y el Gobierno de Chile, el pasado 27 de febrero, reafirmó lo que se ha venido planteando de manera reiterada en distintos espacios y plataformas. Los derechos de las mujeres son derechos humanos, por tanto, las oportunidades que se brinden a las mujeres son las posibilidades que tendremos para salir adelante como país y persona. Asimismo, el cónclave terminó asumiendo el compromiso de continuar con la ruta trazada para el empoderamiento de las mujeres, y de que la ONU adopte en este año los Objetivos de Desarrollo Sostenible para los próximos 15 años, los cuales impulsarán un cambio tanto en la historia escrita como por escribir de las mujeres.
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