La cooperación

La Unión Europea ha reducido el monto de los fondos de cooperación que hasta ahora destinaba a programas en la República Dominicana. Se considera que ya es un país de rentas medias y que por tanto esa ayuda al desarrollo hace más falta en otros países.

La ayuda al desarrollo está muy cuestionada. La idea, por supuesto, es buena. Pero los resultados... ¿son los buscados? ¿Es asistencialismo o son inversiones sustentables? Dambisa Moyo es una economista africana que a principios del siglo 21 atacó con fiereza el esquema de ayudas al desarrollo con su libro La ayuda que mata. El 2015 el Nobel de Economía, Angus Deaton, y su libro The Great Escape volvía a hacer una crítica ácida, denunciando muy específicamente las conexiones que se crean con los gobernantes locales.

A lo largo de los años hemos conocido programas de cooperación de indudable valor, desde educativos a medio ambientales. Si perviven una vez cerrado el grifo es otra cuestión. Otros eran realmente insólitos: ¿cientos de miles de dólares en programas de formación para los partidos políticos? (Realmente hay que tener fe en el género humano para gastar el dinero así...)

Bien o mal distribuido, hay un crecimiento económico que pone a pensar a los países donantes. Además, tampoco las cosas andan muy boyantes en aquellos bolsillos por lo que era más que esperable esta reducción.

La cooperación al desarrollo entra en una nueva fase. No contaremos con esos millones que iban dirigidos directamente a las clases más desfavorecidas. El balance final se pasará dentro de unos años, cuando seamos capaces de analizar los efectos en el tiempo, si fueron una inversión efectiva o una ayuda temporal...

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Inés Aizpún