Las tragedias y los valores del hombre

En las tragedias es que se puede medir la verdadera dimensión del hombre. En los momentos de prueba se puede aquilatar la pasta de que está hecho el valiente, el generoso, el responsable y el sereno, del mismo modo que se reconoce al cobarde, al egoísta, al irresponsable y al que no tiene frenos morales.

En esta pandemia del COVID-19 hemos podido palpar la recia madera del valiente en nuestros médicos, enfermeras y personal de auxilio, así como el sereno pero firme proceder de nuestros policías y soldados.

Hemos podido apreciar la generosidad de personas de todas las clases sociales, desde el más encumbrado empresario hasta el más humilde poblador de nuestros barrios. Ambos han mostrado en la crisis su apego a las normas civilizadas y mientras uno tiene la capacidad de colaborar económicamente, el otro colabora con su conducta y su serena paciencia aun en momentos de incertidumbre.

Hemos visto también conductas egoístas e irresponsables y nos avergüenzan las acciones de personas que no tienen freno ni moral y violan las normas, y roban y matan a personas inocentes. Los hemos visto también haciendo el ridículo luego de que son detenidos por las fuerzas del orden y tienen que retractarse de sus hechos bochornosos.

La sola circunstancia de cómo la comunidad ha reaccionado ante las acciones de estos carajetes nos muestra que las personas con conciencia son la inmensa mayoría del pueblo dominicano. Las pestes, como afirmó Camus, muestran que “hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio.”

Adriano Miguel Tejada