Leer entre líneas
No es que sea lo habitual, pero un pleito en una boda es bastante más frecuente de lo que se quiere admitir. Otro clásico es la pelea en los funerales. Unas veces por la herencia, otras por amores contrariados. (O no tan contrariados, ya me entienden...)
En 1950 Spencer Tracy era El padre de la novia en una película en blanco y negro, que explicaba así la distribución de los invitados en la iglesia: “Los enemigos del novio a la derecha. Los enemigos de la novia a la izquierda”. En la vida real también pasan cosas parecidas, especialmente en el banquete.
Lo mejor de la “pelea en el bar” con la que explotaron las redes el domingo en la mañana fue seguir el hilo de las interpretaciones. Aquí van tres:
1. “Los ricos no sacan fotos más que de comida y de viajes, ¿nadie grabó el fundazo?” El ingrediente del factor social de los púgiles fue explotado ácidamente unas veces, con humor otras, con sarcasmo siempre.
2. “Se lo merecían los dos”. Desde el anonimato la mayoría de las veces, los insultos a diestra y siniestra reventaron twitter. Nada sale más barato ni es más fácil que odiar en la Matrix.
3. “Un danilista le zumba a un leonelista”. O viceversa, porque no está claro quién dio o quién recibió. Definitivamente, estamos en campaña. Interpretación subsiguiente: la oposición no pinta nada, aquí se está resolviendo el 2020 entre peledeístas mal avenidos.
Algunas veces la noticia no es nada comparada con lo que se deduce de sus efectos.
Ayer el país que vive en las redes sociales pasó el día tumbado en el diván del psicoanalista.