¿Qué te dejaron los Reyes?

Los niños de ahora son diferentes a los de antes, insisten los nuevos padres. Debe ser la tecnología, nacen ya sabiendo, cuentan los nuevos abuelos. Quizá sea cierto, por algo asumimos que la evolución existe.

Pero viendo la niñez de hoy, en cómo viven y en los términos que ya ha sido necesario inventar (por ejemplo padres-helicópteros) sobresale algo que ellos han perdido. Son más listos, más guapos, más informados, más educados, más viajados... pero no son más libres.

No tienen tiempo ni de aburrirse. Nunca están solos, consigo mismos. No pueden bajar ni a la acera sin vigilancia de un adulto. No se “pierden” camino del colegio, no se pueden esconder. Los adultos rigen su vida al minuto literalmente. Hasta sus juegos son dirigidos.

Los adultos de hoy tuvimos un espacio de libertad y autonomía que ellos ya no disfrutarán. Por no poder, ni jugarán con pistolas de mitos porque ya está regulada por algún organismo oficial hasta la imaginación.

Viven con la agenda de un ejecutivo y con la presión por el éxito (sea lo que el éxito) transferida. ¿Peleas entre hermanos? Nada que no arreglara un buen tirón de orejas. Ahora terminan en terapia antes de poder explicar que “se la debía...”. Y si la familia era numerosa, algo mucho más común que ahora, la autonomía personal y la independencia en la logística diaria eran obligadas. (Una experiencia bastante útil, por cierto.)

¿Son más felices?

Son como son. Viven su tiempo como cada generación vivió el suyo. Y cada cual hace lo que mejor puede con lo que le toca. Hoy, la noche de los Reyes Magos, cobra todo su sentido la frase de que la verdadera patria es la infancia.

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún