Urgencia vs planificación

En países como los nuestros, las urgencias siempre le ganan a la planificación, y es por eso que los gobernantes se dedican al día al día y los problemas se siguen recrudeciendo a la vista de todos, simplemente porque no hay ocasión para tantas tareas al mismo tiempo.

Nunca le hemos dado la oportunidad a hacer las cosas bien de una vez por todas. Nos conformamos con el parche que para la hemorragia, pero que no cura la enfermedad. Nos basta con la solución coyuntural, aunque la misma agrave la situación que se pretende resolver.

Para las grandes obras no hay dinero, pero basta una tormenta o una tragedia para que aparezcan los fondos para “resolver”.

Cuando algo se quiere hacer bien --y para hacerlo bien se necesita tiempo- surgen las presiones por todos lados porque en nuestro país el vivir como los chivos sin ley es el negocio más rentable. Se benefician los políticos, los pobres, los “padres de familia”. Sólo salen perjudicados los que quieren hacer las cosas por la regla.

El “cortoplacismo” es la peor amenaza a la construcción del país al que todos aspiramos. Por eso es tan importante lo que se está intentando hacer en La Nueva Barquita. Por eso no se puede hacer concesiones a los que quieren crear el remolino para pescar en río revuelto.

Por eso no se le puede permitir a los funcionarios elegidos que renuncien para burlar la cuota femenina, en un acto delictivo que fue denunciado a tiempo por este diario. Si los partidos conspiran para burlar la ley, ¿para qué quieren una ley de partidos?

El país necesita reflexionar sobre el futuro para cambiar de rumbo, y hay que hacerlo caiga quien caiga.

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Adriano Miguel Tejada