Los ingenieros gritan...

A partir del 1996, el ejercicio de la profesión de la ingeniería inicia un proceso de decadencia. A partir de ese año empieza a acumularse una deuda del Estado dominicano con los profesionales de la ingeniería, que al día de hoy alcanza la suma de RD$3,500 millones, abarcando una población de más de mil ingenieros, arquitectos y empresas del área de la construcción.

Para el año 2001 llegan al país las empresas brasileñas Andrade Gutiérrez y Odebrecht, con lo cual se inicia un periodo de exclusión de los profesionales del área y además, se lleva a las medianas y grandes empresas dominicanas, con vasta experiencia en la ejecución de proyectos.

Para el año 2006 se promulga la Ley 340-06 Sobre Compras y Contrataciones de Obras, y se nos vendió la idea de que esa Ley venía a dar participación equitativa y transparente a todos los profesionales de la ingeniería y ramas afines.

La aplicación de esa Ley por parte de los funcionarios de las instituciones del estado, ha constituido una patente de corso para hacer un festín con las asignaciones de obras de grado a grado simulando licitaciones con pliegos de condiciones que no son más que trajes a la medida de los ganadores, previamente seleccionados.

Sobre los sorteos de construcciones escolares, sí hay tela por donde cortar, pues estos se convirtieron en un manojo de fraudes que han llevado a la frustración a decenas de los profesionales, muchos de ellos jóvenes llenos de sueños que ejecutarían la que fuera su primera obra a construir.

Presidente Medina, queremos recordarle que ordene el pago de los RD$3,500 millones que el Gobierno dominicano debe a más de mil ingenieros contratistas del CODIA y que tenemos profesionales muy bien preparados para ejecutar cualquier obra, como lo hemos demostrado.

Comité Institucional Codiano

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