Rescate de El Conde

Desde hace tiempo observo con preocupación cómo nuestra histórica calle El Conde se transforma en una de las muchas calles malolientes y abandonadas de nuestra ciudad. Parece ser que El Conde no tiene dolientes y esto tiene que cambiar por necesidad, por nacionalismo y por la imagen de nuestro país, pues esta es la calle principal del casco histórico.

Lo mismo ocurre con el Parque Independencia y su entorno. Es vergonzoso y deprimente ver cómo a ojos de todo el mundo abundan los venduteros con puestos de frituras frente al Altar de la Patria. Y peor, observar a los Amet, que no intervienen para que estas personas no ocupen la calle ni las esquinas del parque.

Peor es ver cómo en las noches pernoctan a todo lo ancho y largo de este lugar, prostitutas nacionales y extranjeras, como es natural con total ausencia de pudor. Y qué decir del abandono de la infraestructura, desde El Conde hasta la Mercedes, ocupada por haitianos e indigentes, hasta han roto paredes para guardar vehículos y carretillas de los venduteros, en el mismo frente del Altar de la Patria. ¿Cómo es posible que todo esto pase en un lugar histórico y que las autoridades no lo vean?

Recientemente observé con tristeza en “bookings turísticos” comentarios de extranjeros que expresan su desaliento ante esto.

Señor Presidente, en cualquier parte del mundo, las zonas históricas son espacios de utilidad turística tratados con mucho celo. Incluso permiten el ingreso de divisas que podrían servir para su propio mantenimiento y ornato. Que la solución de este crucial tema, sea un plus de su gestión.

Esther Vargas

Desde hace tiempo observo con preocupación cómo nuestra histórica calle El Conde se transforma en una de las muchas calles mal olientes y abandonadas de nuestra ciudad. Parece ser que El Conde no tiene dolientes y esto tiene que cambiar por necesidad, por nacionalismo y por la imagen de nuestro país, pues esta es la calle principal del casco histórico.

Lo mismo ocurre con el Parque Independencia y su entorno. Es vergonzoso y deprimente ver cómo a ojos de todo el mundo abundan los venduteros con puestos de frituras frente al Altar de la Patria. Y peor aún, observar a los Amet, que no intervienen para que estas personas no ocupen la calle ni las esquinas de las periferias del parque.

Peor aún es ver como en las noches pernoctan a todo lo ancho y largo de este lugar, prostitutas nacionales y extranjeras, como es natural con total indecoro y ausencia de pudor. Y qué decir del abandono de la infraestructura, desde El Conde hasta la Mercedes, que ha sido ocupada por haitianos e indigentes, y hasta han roto paredes para guardar vehículos y carretillas de los venduteros, en el mismo frente del Altar de la Patria. ¿Cómo es posible que todo esto ocurra en un lugar histórico y que las autoridades no lo vean?

Recientemente observé con tristeza en “bookings turísticos” comentarios de extranjeros expresar su desaliento ante estas desagradables vistas.

Señor Presidente, en cualquier parte del mundo, las zonas históricas son espacios de utilidad turística tratados con mucho celo. Incluso permiten el ingreso de divisas que podrían servir para su propio mantenimiento y ornato. Que la solución de este crucial tema, sea un plus de su gestión, para nuestros visitantes, y para quienes valoramos nuestra historia.

Esther Vargas

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