El abrazo que mata especulaciones...

La política tiene sus maneras y, entre ellas, convertir cualquier circunstancia en una situación.

Se pensaba que Leonel y Danilo no querían verse la cara, y que tendrían que vérsela en el Comité Político cuando dicho organismo se reuniera. Igual que la celebración del 44 aniversario sería una especie de emboscada y que ninguno podría rehuir la ocasión.

Los organizadores de los actos no dispusieron nada en que tuvieran que necesariamente verse la cara. La ofrenda ante el busto Bosch no los incluía. Estaba lo del almuerzo de hoy, pero siempre lo encabeza el presidente del partido y el secretario general. Ni deber ni obligación del presidente de la República.

Sin embargo, la boda de la hija mayor del presidente fue como una camarona. Tuvo uno que invitar y otro que asistir. Despejada la intriga: se vieron la cara, se saludaron y se abrazaron. Además, nada protocolar.

Danilo y Leonel, no hay dudas, son amigos, pues a las fiestas familiares solo se invita a los cercanos. Incluso en la tradición de algunos pueblos el padre de la novia complace toda petición que se le hace.

¿Pediría Leonel algo que Danilo concediera? La intriga da para toda la semana.

Diario Libre