Felucho se salió de abajo de la patana

La idea era propia de una novela de los 1800, pero parece que todo va a quedarse en ganas, en intención, en propósito fallido. Instalar el tribunal del partido y entonces proceder de acuerdo a lo establecido contra los compañeros que divulgaran “información confidencial”.

No podía hacerse antes porque no existía ese órgano y ni siquiera se había aprobado el reglamento de Ética y Disciplina que lo proveía.

Ahora sí.

El reo más notable sería Felucho, y pensando en él cambiaron el rigor. Lo que en principio era leve se llevó a grave.

Con todo el peso de la ley interna.

El delito de Felucho fue revelar que el Comité Político conocía de la sobreevaluación de obras, y aunque la vía a que se refirió no era de Odebrecht, fue leña para el fuego de los sobornos.

Parece que de esa se salvó el presidente de la Refinería desde el momento que la Procuraduría solicita a la Cámara de Cuentas que investigue el tema.

Felucho habló de sobrevaluaciones, y la Procuraduría se ocupa de las indagatorias, de manera que al partido no le queda de otra que colocar lanza y espada sobre el escudo.

Cuando el peje resbala, el agua se aquieta.

Diario Libre