Partidos dominados por el absurdo

En ese juego de posiciones propio de la política dominicana, y mucho más ahora con la Ley de Partidos, el doctor Merengue no sabe ya a qué bando pertenecer.

Fue de todos y de todos se fue porque encontró especímenes que le superaron con creces. Unos brincaban con garrocha y otros con el solo impulso de su arranque.

Hipólito Mejía recordó que todavía está uniformado y en el terreno, y se le replicó que no hay manera de que anote, aun cuando sus piernas sean ligeras. Un desplante sutil y oficioso.

Sin embargo, provocó que la reunión del pasado lunes fuera pospuesta para el siguiente y que Luis volviera a la posición anterior.

En ese encuentro se le iba pedir cuenta al diputado De Aza por su disidencia en la subcomisión y por haberse apartado de la línea oficial del PRM. Se atribuyó ese desliz a Luis, pero si Luis se recogió con declaraciones ese mismo lunes, De Aza deberá explicar por sí mismo.

Aunque para conocer al verdadero doctor Merengue solo hay que observar la reacción de la gente de Leonel al reagrupamiento de Luis. De lo menos que lo han acusado es de absurdo, aunque lo absurdo ha sido norma desde el principio.

Diario Libre