Que nadie desafine contra los verdes

De momento se pensó que el movimiento Verde iba a tener lo que no tenía: un gobierno alerta y dispuesto a enfrentarlo. El ministro de Interior hizo lo que han hecho todos los ministros de Interior desde que crearon el mundo.

Oír más allá de las palabras, interpretar de manera interesada los gestos, revelar situaciones y poner la carreta delante de los caballos.

Aparentemente.

Fue verdad que habló de desestabilización y de grupos que no dan la cara pero meten la mano. Fue verdad que dijo que el gobierno daba seguimiento y lo raro sería que no lo hiciera. Solo que dio a entender que era por medios inapropiados o de forma ilegal, y ahí fue que la puerca retorció el rabo, pues mucha gente no sabía que por el Whatsapp se hacían diabluras.

Ahora falta saber si reculó porque cruzó la raya o dio reversa porque estaba mal parqueado y el vecino le llamó la atención.

Palacio puede ser mudo, pero no sordo, y lo que menos necesita por ahora es un músico que deje de lado la partitura e improvise acordes.

Con los Verde todo, contra los Verde nada.

Diario Libre