Una democracia que aún usa pañales
La española, más joven, nos lleva la milla
Aquí llega y puede verse la televisión española, y el espectáculo político no solo interesa a los españoles, sino por igual a los dominicanos.
¡Cuánto enseña y se aprende!
La comparecencia ante las Cortes Generales es experiencia única y admirable. En días recientes fue Aznar, exjefe de gobierno e importante dirigente popular. Lo hizo para responder a los diputados inquietudes sobre el financiamiento del PP y las denuncias y procesos contra corrupción política.
Lo que dijera o aclarara no es lo que importa, sino que se sometió al escrutinio de quienes ahora son sus iguales y no se le quitó un pedazo.
Hubo irreverencia, falta de respeto y choteo, de lado y lado, pero la opinión pública pudo seguir en vivo las exposiciones, las réplicas y contrarréplicas y formarse una idea de por dónde anduvo o podrá andar la cosa. Aquí se rehuye ese tipo de debate, y cuando se habla de interpelar a un funcionario es como si se fuera a tumbar el gobierno.
Se falta al procedimiento, pero también a la transparencia. Una democracia vieja, la dominicana, se aprecia en pañales. Gorjea, pero no habla. Aunque más joven, en eso le lleva la española.