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Durmiendo con el enemigo

¿Por qué unos delincuentes tienen que tener mejor trato que otros? ¿Por qué unos asesinos merecen que a su arresto o entrega se le llame negociaciones de paz? ¿Por qué unos terroristas que han asesinado, secuestrado, extorsionado, torturado a ciudadanos civiles y ciudadanos militares merecen algo diferente a las penas que a cualquiera de nosotros se nos impondrían si cometiéramos esos mismos delitos?

Las Farc no renuncian a secuestrar. Eso debería bastar para que el gobierno colombiano renunciara a la buena voluntad que ha demostrado aceptando tener "conversaciones" y continuara con la política policial y militar contra ese grupo de asesinos.

¿No tiene derecho una sociedad democrática a defender sus valores? ¿Hay que ser tolerantes con los que no lo son, demócratas con los que sólo creen en la fuerza de las armas? Las Farc no son un grupo armado que lucha contra una dictadura. Es un grupo de delincuentes que atenta contra los derechos de los colombianos. Es un grupo especialmente sanguinario que mantiene secuestrados por años a sus víctimas, robándoles la vida y destruyendo a sus familias.

Negociar de tú a tú con los grupos terroristas no ha beneficiado nunca a una sociedad democrática. En ese escenario sólo los asesinos ganan tiempo, espacio. Y terminan minando los fundamentos de las democracias en las que se infiltran.

No, no todas las ideologías son respetables. Y sí, las democracias tienen derecho a defenderse de los fascistas. Que las Farc continúen secuestrando es simplemente una declaración de que no quieren entregar las armas. Y sin entrega de armas, ¿quién cree en su paz?

IAizpun@diariolibre.com