Desarrollo y conducta

La República Dominicana es un país de ingreso medio que se sigue comportando como si fuese una nación sumida en la pobreza.

Esta actitud se nota en diversos comportamientos de nuestra élite gobernante y es culpable de la creación de políticas que ponen en entredicho la imagen de nuestro país en el exterior.

El caso de la escasez de dólares para las empresas y las dificultades para acceder a préstamos bancarios, muestran que no existe una actitud “hacia” la creación de riqueza, sino que, por el contrario, se mantienen trabas inexplicables en un país que dice avanzar hacia el desarrollo.

Ningún suplidor internacional puede entender que un país que crece todos los años a niveles altos, no tenga dólares para pagar una factura de 100 o 200 mil dólares. Ningún empresario verdadero puede progresar cuando es más fácil conseguir un préstamo para un carro nuevo que para comprar maquinarias para crear empleos, pues se la ponen “en China” al que lo solicita.

El desarrollo es, básicamente, una actitud que permite avanzar. Nos falta.

Diario Libre