Este día del trabajo encuentra a los trabajadores sumidos en una crisis coyuntural y en otra estructural.

La crisis coyuntural es la pandemia del COVID-19 que entre suspensiones y cancelaciones ha enviado cientos de millones de trabajadores a sus casas sin seguridad de que al volver a la normalidad sus empleos todavía estarán disponibles para ellos.

El problema estructural es aun más serio, pues se trata de un cambio de modelo producido por el desarrollo tecnológico, las nuevas relaciones laborales impulsadas por las reglas liberales de la economía y la pérdida de salario real por la mayor oferta de mano de obra, especialmente en los países en desarrollo.

Este cambio es particularmente perjudicial para los trabajadores que por su edad o falta de formación, carecen de habilidades para insertarse en empleos que requieren know-how tecnológico, pues limita sus opciones y los obliga a quedarse en los peor remunerados.

Es un nuevo paradigma que las instituciones representativas de los trabajadores no han podido manejar, lo que también es parte de la tragedia.

Diario Libre

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