Sistema y exámenes

El anuncio del ministerio de Educación de que va a eliminar los tradicionales exámenes de fin de grado de la secundaria ha despertado el natural revuelo.

El anuncio constituyó una sorpresa y ha disparado los comentarios sobre la medida, tanto a favor como en contra.

En realidad, aunque los exámenes no son una medida confiable para determinar el conocimiento de un estudiante, era la única forma que tenía el sistema para obligar a los educandos a un repaso general de las materias, incluidos algunos temas que no se pudieron impartir en clase pero que formaban parte del currículo.

Ahora se está apostando a que en las prácticas diarias, el estudiante “aprenderá haciendo” con más efectividad que sometiéndose a las ordalías de la prueba escrita que generaba todo tipo de traumas en los educandos.

Lo que queda por verse es si el nuevo sistema, que será impartido por los mismos cansados maestros, resultará más eficaz que el método viejo, o si estamos frente a otro inútil intento de mejorar las estadísticas del sistema sin penetrar en las profundidades de sus problemas ancestrales.

Diario Libre