Un país infantil

Por razones que se pueden explicar, el país parece vivir como Peter Pan, es decir, permanece en un estado de infantilismo que le impide ver la realidad muchas veces, y que lo mueve a conductas casi risibles.

Unos candidatos que se negaron a unirse para enfrentar al candidato que resultó ganador, y que hubiese perdido si los otros se unen, ahora hacen el ridículo para tapar su error.

Una oposición que sabía que estaba perdiendo por 30 puntos, pero se niega a reconocerlo, hasta le hace unos “juicios populares” a personas e instituciones sin relación alguna con la incapacidad de la oposición de articular un programa.

Ese infantilismo lo vemos en el tránsito, en los sindicatos, en la parte ingenua de la sociedad civil, y donde quiera que se celebren elecciones, sin tomar en cuenta la importancia del organismo de que de trate.

Sin duda que los políticos nos quieren dejar en ese estado, porque les conviene para manipularnos, para seguir manteniendo a este pueblo en la ignorancia. Por favor, no les hagamos el juego.

Diario Libre