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El caos del servicio exterior

Señor Presidente: En nuestro país se ha convertido en práctica común lograr un nombramiento en el servicio exterior, y luego "desaparecer", e irse a casa a recibir el chequecito. Esto atenta contra nuestra imagen internacional, que ya de por sí está bastante debilitada por la cantidad de personal nombrado en nuestras representaciones diplomáticas y consulares, al punto de que algunas Cancillerías han decidido limitar el número de funcionarios a ser acreditados; lesiona también nuestro presupuesto en vista de que se trata de erogaciones fijas en dólares para cubrir gastos de una nómina supernumeraria.

Lo que está claro es que este ¨beneficio¨ es patrimonio de los funcionarios que están ¨pegados¨, hijos y amigos de altos dirigentes del partido de gobierno, y de los compinches de ciertos funcionarios de cancillería dominicana. Dentro de este grupo de privilegiados cabe mencionar a los funcionarios que han sido nombrados en el exterior y que están en la misma cancillería cobrando en divisas e incluso a algunos Jefes de Misión que se la pasan en Santo Domingo y van de visita a sus respectivas Embajadas.

Funcionarios de cancillería que tienen años cobrando sin trabajar, sin que ese Ministerio aplique los mecanismos correspondientes para que estas personas no continúen robándole al Estado, pues percibir un salario sin cumplir con el compromiso laboral no se puede llamar de otra manera.

Existen casos de personas que ante la duda de una derrota del partido de gobierno, presentaron su solicitud de pensión, muchas de las cuales fueron aprobadas, pero que no han sido asumidas pues es más cómodo quedarse en casa percibiendo un ingreso en dólares que recibir una pensión en Duartes. Licencias, permisos especiales y becados, de esto está lleno nuestro Servicio Exterior que debería ser nuestra mejor carta de presentación.

Los que nos preocupamos por nuestra imagen, por nuestro patrimonio, que trabajamos de sol a sol por un salario, nos sentimos insultados por esta práctica. J. A.

Envía tu carta a cartaalpresidente@diariolibre.com