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Ellos, los blancos

Expulsar a Hipólito del PRD es como sacar a Felipe González del PSOE, a Leonel del PLD, a Clinton del Partido Demócrata, a Aznar del PP.

O sea... improbable.

A un ex presidente se le vence en una convención, se le eclipsa si su contendiente ha llegado al poder y lo hace mejor, se le ignora educadamente, se le pone una vela a San Antonio para que no moleste, se le desgasta dejándole hablar solo. Pero expulsar, lo que se dice expulsar con un "se me va de aquí ahora mismo"... como que no.

Nunca es lógico que un partido, si además es el principal de la oposición, elija una vía sin salida para solucionar sus problemas. Pero precisamente en la coyuntura actual, la democracia dominicana necesita una oposición organizada y ágil, centrada, atractiva, imaginativa pero responsable.

O sea... seria pero sexy.

El espectro político está muy desmejorado: el PRSC ya no existe más que en las tarjetas de presentación de sus dirigentes. El PLD, pletórico y sobrado de poder, siente que no tiene contendientes, algo tremendamente peligroso para los ciudadanos a corto plazo y para ellos mismos al largo. El resto de partidos son "emergentes" para los más optimistas y "minoritarios" para los más generosos.

Todo tiene su "tempo". Al PRD le puede pasar que tarde tanto tiempo en solucionar sus problemas que, encerrado en su laberinto, no se percate de que sus votantes (ocupados en otras cosas porque la vida sigue) se desentiendan de su larga telenovela.

O sea... que se aburran.

IAizpun@diariolibre.com