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Ambición promiscua

El vértigo político de la permanencia y continuación en el poder ha llegado demasiado lejos y ha incorporado un amplio repertorio de golpes bajos inimaginables, en desprecio a valores fundamentales. Tal proceder genera malestar, pues nadie se resigna a fungir como bagazo para ser molido a conveniencia de otro.

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Ambición promiscua

Un ser humano tiene alma limpia (o posee nobleza de espíritu), cuando es capaz de mantener en alto valores como la amistad, gratitud y lealtad.

Esos valores han venido perdiendo relevancia, tirados, junto a los principios, a las cloacas rebosantes de taimadas afecciones.

Con sus honrosas excepciones, que las hay, el político se proyecta cargado del tufo de la polución moral que irradia.

He escuchado a Temístocles Montás contar la historia de cómo (con el líder histórico Juan Bosch, enfermo), tres de sus discípulos, Leonel, Danilo y él, se prometieron luchar por la alternabilidad para que cada uno de ellos llegara al poder y cumpliera sus propósitos de gobernante.

Primero llegó Leonel, continuó y ahora quiere regresar; después le sucedió Danilo, se ha mantenido y desea volver en el 2024; en cambio, Temo estuvo preso en el gobierno de su compañero, sin recibir una muestra de trato amigable que lo redimiera del bochorno.

Carlos Amarante Baret solucionó muchos entuertos en favor del presidente y cargó pesado en innumerables ocasiones. Animado a lanzarse, renunció al cargo de ministro de Interior y Policía y avanzó con todo rigor en la preparación de una campaña con un serio programa de gobierno, incorporando soluciones a problemas complejos.

Pero sus esfuerzos chocaron con la realidad de que había otro globo escondido en la manga del titiritero, dotado de todas las facilidades y recursos. Así se frustraron sus aspiraciones en medio de la sensación de no haber recibido el trato que creía haber ganado por su lealtad a un proyecto político.

Domínguez Brito, con arraigo y admiración en buena parte de la sociedad civil, parece haber sido víctima, sin haber proferido una sola queja, de una encuesta asimétrica a las otras tres realizadas, por cuyo influjo perdió la candidatura que parecía augurarle el promedio obtenido en las otras tres. ¡Qué difícil resistir el trucaje que se esconde en los promedios!

Reinaldo, ha sido de indudable trascendencia en el ajedrez político, tanto por su calidad de secretario general del partido como de presidente del Senado por varios períodos. Sin su solidaridad y apoyo, al ejecutivo de la nación le hubiera sido muy cuesta arriba mantener el control de las piezas del tablero partidario.

Reinaldo descubrió que las simpatías estaban con él, pero los recursos y empeño del Estado fluían con largueza hacia otro. Desengañado, acaba de declarar que se mantendrá neutral en el proceso de primarias, pero que su esposa y la red mediática que ha configurado, se integrarán a la campaña de Leonel Fernández.

Es muy probable que Danilo no hubiera llegado nunca a ser presidente, sin el apoyo inmenso ofrecido por Leonel Fernández en 2012 desde el poder que ostentaba. Hoy lo adversa como si fuera un engendro del infierno y le coloca obstáculos no admisibles, pues no todo se vale en la vida.

El vértigo político de la permanencia y continuación en el poder ha llegado demasiado lejos y ha incorporado un amplio repertorio de golpes bajos inimaginables, en desprecio a valores fundamentales. Tal proceder genera malestar, pues nadie se resigna a fungir como bagazo para ser molido a conveniencia de otro.

En estas primarias del partido de gobierno, se contempla el insólito espectáculo del destrozo que se comete no solo contra el valor de la amistad, gratitud y lealtad, sino también contra la institucionalidad democrática.

Se irradian sin rubor recursos humanos y materiales del Estado, así como contribuciones de los hinchados tutumpotes comprometidos en la penumbra de la noche con la realización de negocios redondos con el sector público, para ser encauzadas hacia las arcas del alter ego designado.

Y se integran comisiones de campaña con funcionarios a quienes la ley prohibe involucrarse en política partidaria.

Luego de que se disipe el humo, pudiera ser que las cenizas penaran la desgracia de haber perdido el poder.

En esas circunstancias, en su pavorosa soledad, habrán de implorar la mirada cálida de quienes fueron sus amigos y apoyos, diluida en el clímax de su borrachera, cuando se creyeron untados por efluvios de divinidad.

Entonces, lamentarán no haber tenido alma limpia y querrán renegar de su ambición promiscua.

Para que la imagen del averno no espante su sueño, podrían aferrarse a que el escenario bien pudiera ser otro. Distinto y favorable.

En la antigüedad hubo oráculos tremendos, cargados de premoniciones que se cumplían.

Ahora, también hay oráculos. Uno de ellos, reza así: ¡Tiemblen espectros carcomidos por la vacua vanidad! Está decidido que el derrumbe suceda y la catástrofe los arrope después.

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Eduardo García Michel, mocano. Economista. Laboró en el BNV, Banco Central, Relaciones Exteriores. Fue miembro titular de la Junta Monetaria y profesor de la UASD. Socio fundador de Ecocaribe y Fundación Siglo 21. Autor de varios libros. Articulista.