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¿Autopista o carretera?

A lo largo de muchos años, desde su inauguración en mayo del 1922, hemos visto como se convirtió la carretera Duarte en “autopista” Duarte, introduciéndole a la primera una ampliación de secciones, adecuándola en dos ocasiones a las nuevas exigencias de un volumen y calidad de tráfico más exigente y variantes que permitirían dividir físicamente los dos sentidos de tráfico ya que en algunos puntos de su trazado no cabían esos dos sentidos por limitaciones orográficas o por posesión de terrenos por terceros.

Ese proceso se inició con gran lentitud e ineficacia en los años del gobierno de Salvador Jorge Blanco, es decir que el grueso de la transformación “concluyó”, por decirlo de algún modo, cuando el gobierno surgido de las elecciones del 1986 le imprimió un decisivo apoyo político y correspondiente apoyo financiero para su “conclusión”. He puesto entre comillas lo del calificativo en uso que considera esa carretera como una autopista y lo de la terminación de esos trabajos de readecuación de esa vía.

Respecto del calificativo, con una simple referencia extraída de la red electrónica encontramos la siguiente definición que da la OCDE*:

Se define autopista como:

Una carretera especialmente diseñada y construida para el tráfico motorizado, la cual no sirve a los terrenos privados que lindan con éste, y que:

(a) Está provista, excepto en determinados puntos o temporalmente, de doble calzada separada para las dos direcciones del tráfico. Esta separación se hace por una banda por la que no se puede circular o por otros medios.

(b) No tiene carreteras que la cruzan al mismo nivel, ni vía de trenes, ni de tranvías ni pasos peatonales o caminos de cualquier tipo;

(c) Está especialmente señalizado como una autopista, y está reservada específicamente para una categoría de vehículos motorizados.

Los carriles de entradas y salida están señalizados para ello. Las autopistas urbanas también se incluyen en la definición.

En la mayoría de los países esa definición va acompañada de una restricción de tráfico para, personas, animales, y vehículo de cualquier tipo con vallas o verjas continuas a lo largo de la vía.

Se concluye entonces que no se trata de una autopista.

Y respecto de la terminación no se comprende cómo se puede hablar de obra terminada cuando nunca ha sucedido esto ya que a diario se introducen modificaciones que disminuyen la calidad y funcionalidad de la obra, no obstante los recientes esfuerzos del Estado para ir obviando los cruces a nivel con soluciones de repartidores de tráfico en dos niveles y cruce de peatones elevados.

Esas modificaciones involutivas abusivas a que aludo antes se verifican desde el mismo inicio en Santo Domingo hasta su llegada a Santiago.

Solo para citar algunos ejemplos:

- Se corta el muro de concreto que divide ambos sentidos de tráfico para dar paso a personas, motocicletas, animales, produciéndose puntos de conflicto de gran peligro.

- Se construyen vallas, lumínicas o no, sobre el área que ocupan los bordes de calzadas de tráfico, distrayendo la concentración del conductor.

- Se construyen “puentes” o badenes sobre la profunda cuneta separadora de drenaje pluvial ubicada entre los dos sentidos de tráfico para dar así acceso abusivo a negocios o simples intereses privados, creando nuevos puntos de conflicto de gran peligro.

- Se construyen edificaciones, provisionales y permanentes, dentro de la franja del llamado derecho de vía que es el que la ley preserva ambos lados de una carretera para su funcionamiento fluido y para eventuales futuras ampliaciones el cual es considerado como no edificable.

- Se construyen paradores en cualquier sitio, creando nuevos puntos de conflicto para el tráfico debido a acceso y salida sin calzada de deceleración o aceleración marginales y en paralelo al sentido de tráfico.

- Se instalan postes de transmisión de energía y de telecomunicaciones (y hasta de tuberías privadas de conducción de aguas) en cualquier sitio del derecho de vía, dándose el caso extremo de cruces sobre la vía en baja altura.

- Se instalan señales informativas de texto y/o gráficas en el mismo paseo de la carretera.

- Se permite -si, lo permiten las autoridades responsables- la compra y venta de chatarras, la compra y venta de tanques plásticos y metálicos, la instalación de puntos de ventas de frutos, aves de corral, víveres, etc. indiscriminadamente.

Son ejemplo elocuente de ello los puntos de venta de batatas, los puntos de venta de pericos, guineas, patos y todo tipo de aves, los puntos de venta de alfarería y otras producciones artesanales. El último episodio de magnitud de estas “tolerancias” se está verificando en la transformación de las parcelas agrícolas adyacentes a la carretera Duarte que constituyen el proyecto arrocero de la Reforma Agraria de Juma en solares para ventas y/o alquiler de equipos y vehículos, con extrañas transformaciones de terrenos públicos a privados que están creando accesos y salidas hacia la carretera sin solución de continuidad, unos detrás de otros. Creemos que con un poco de voluntad se pueden revertir estos cambios.

- Cada comunidad y sus autoridades próximos la carretera colocan todo tipo de regulación del flujo de la carretera con un muestrario de soluciones inadecuadas y desreguladas y con el más amplio catalogo de “semáforos” que, en general, dan su señal luminosa con bombillas que quizás no alcancen los 25W y que su diámetro y brillantez no son compatibles en algún modo con los requerimientos internacionales que rigen la materia y todo ello sin la necesaria advertencia de la proximidad de un semáforo, dada la velocidad a que se circula por allí.

Ya el primer tramo, hasta la estación de peaje del kilómetro 28, se ha convertido en “tierra de nadie” con líneas de conchos y motoconchos que circulan a velocidades inauditas, saltándose olímpicamente esos semáforos colocados cada vez más cerca unos de otros, cada uno por su cuenta, sin ninguna sincronización, convirtiendo ese tramo en una porción de tráfico de carácter urbano.

La improvisación se ampara, lamentablemente, en la iniciativa de “autoridades”.

Para concluir este desahogo sugiero que se constituya, como se hizo en el origen de la carretera con las denominadas “Casas Cantonales” que fuesen más luego las Ayudantías de Obras Públicas, en una sola unidad todo lo referente al manejo de un determinado tramo carretero, particularmente, dado el ejemplo que he usado, el de la Carretera Duarte, de modo que sea allí donde se apliquen todas las normas y reglamentaciones de ley vigentes (esas normas y reglamentaciones de ley existen y son sobreabundantes) tanto para la reconfiguración física de nuestras vías de comunicación de modo que se permita el uso más racional posible y que maneje por igual la disciplina del tráfico, de la cual todos conocemos sus características descontroladas y caóticas mediante la cual, por ejemplo, un autobús de 60 pasajeros o un vehículo articulado de doble vagón de 45 pies a plena carga y a una velocidad de 100 km/hora utilice, desde que sale de Santo Domingo hasta que llega a Santiago, el carril interior, el izquierdo, el que está llamado a utilizarse solo para rebasar.

En veces me pregunto si es que las esas empresas y sindicatos propietarios de esos enormes vehículos no se han enterado de las tecnologías derivadas del uso del GPS y de los radares y cámaras remotas vehiculares que le permite detectar todas esas anormalidades con gran precisión.

¿Y Amet? Bien, gracias.

Dado que el Ministerio de Obras Públicas ha venido corrigiendo con gran tino muchos de los defectos simples que han permitido darle mayor fluidez al tráfico urbano de Santo Domingo -lo que me hace pensar con mucha propiedad que allí hay gente instalada o contratada que tienen su cabeza bien amueblada-, ¿porqué no se intenta accionar pragmáticamente en consecuencia, transfiriendo esa indudable motivación y experiencia a una carretera como la Duarte y su nuevo apéndice, la tangencial norte o Circunvalación como se le ha denominado inapropiadamente, que por el momento sería un proyecto piloto para la transformación definitiva? Dejo en el aire mi sana inquietud para que la voluntad política se vuelque eventualmente por ahí.

* Organización para la Cooperación y el Desarrollo

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