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Desarrollo y subdesarrollo

Años atrás, la Organización de Naciones Unidas creó un organismo, cuyas siglas –CEPAL- significan Comisión Económica para América Latina y el Caribe, con asiento en Santiago de Chile. El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo incluyen en su organigrama otros organismos parecidos.

Los tres analizan, dan su parecer y estudian el desarrollo y el subdesarrollo. Tanto uno como otro de esos organismos crean variaciones entre el desarrollo y el subdesarrollo absoluto.

Unen y disfrazan el subdesarrollo como naciones en evolución en un proceso intermedio entre absoluta pobreza y el pueblo en evolución hacia el desarrollo. Para medir entre un Estado desarrollado y uno subdesarrollado hay que considerar la demografía en su concepto de cambios en uno u otro sentido, aunque es esencialmente en el crecimiento.

¿Cómo se distingue el subdesarrollo?

Normalmente las instituciones calculan el Producto Interno Bruto (PIB) y su índice da la idea de cuales Estados son desarrollados o subdesarrollados.

Pero en la realidad de la mayoría de las naciones, los números que arrojan el PIB son irreales.

Y es que más que Producto Interno Bruto (PIB) por países, debería ser por zonas dentro de cada demarcación geográfica. Los ejemplos son numerosos: El nordeste de Brasil es atrasado en comparación con el Sur. En Argentina, el norte, incluyendo Buenos Aires, se puede calificar de desarrollado si se mide con el sur.

En China, la costa y zonas adyacentes están mucho más adelantadas que las aldeas del norte. En España, Barcelona y otras provincias del norte superan económicamente al sur, que en cierto sentido es atrasado.

Sucede al revés en el África, donde Sudáfrica es el país con más desarrollo, comparándolo con el norte paupérrimo. Así, los sudafricanos superan por mucho a los países del Cuerno de África que son Somalia, Jibuti, Eritrea, Etiopía y Sudán.

En ese orden, el Producto Interno Bruto no constituye un valor absoluto, sino más bien relativo.

En la propia Europa se advierten naciones pobres en el mar Báltico, como lo son Estonia, Letonia, y Lituania, que están cerca de Finlandia, Suecia y Noruega, Estados altamente desarrollados.

Es llamativa la diferencia existente entre el sur de Europa y las naciones centrales y limítrofes con el Océano Atlántico. Mientras España, Italia y Grecia cuentan con un desarrollo relativo, Alemania, Holanda, Dinamarca, Francia y el Reino Unido disfrutan de un elevado per cápita.

Y esta afirmación se nota en nuestro país en el que el Sur profundo, limítrofe con Haití, sufre de un estado de pobreza hasta ahora insuperable cotejándolo con el Este, donde el turismo ha florecido, y en Santo Domingo, animado por los emolumentos que paga el gobierno y al que se suman una que otras industrias.

México, igualmente padece de desigualdad en algunas zonas.

Entre otras medidas habría que hacer un estudio sobre el salario mínimo determinante, en cierta manera de la renta per cápita.

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