Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Galaxias
Galaxias

“El universo en tus manos”

Podría haber muchos universos separados, incapaces de comunicarse entre sí, pese a que pertenecen a un mismo todo.

Hace unos días me topé con un libro titulado El universo en tus manos, cuyo autor es Christophe Galfard. Al leerlo, quedé fascinado por la forma sencilla y motivante como desarrolla el relato.

Su contenido se refiere a cosas como las que siguen.

La energía que irradia el Sol en un solo segundo, sería suficiente para cubrir las necesidades de los seres terrestres vivos en los próximos 500 millones de años.

El centro del Sol queda a más de medio millón de kilómetros de su superficie. Y, sin embargo, es un astro pequeño, comparado con otros. La temperatura en su núcleo alcanza 16 millones de grados centígrados y provoca una fusión termonuclear que crea átomos nuevos y más grandes, a partir del helio e hidrógeno (nitrógeno, carbono, oxígeno...)

Los átomos pesados que componen la tierra, necesarios para la vida, fueron forjados en lo más profundo de una estrella. Cuando respiramos, es lo que inhalamos. Esta capacidad de creación de átomos es lo que diferencia una estrella de un planeta.

Las estrellas como el Sol tienen que morir y explotar al final de su existencia. Sin esos finales solo existiría el hidrógeno y el helio. La materia de la que estamos hechos se encontraría prisionera para siempre en el interior de estrellas eternas.

Cuando los átomos se fusionan parte de su masa desaparece. Se transforma en energía. La energía de la fusión nuclear equilibra la gravedad que atrae todo hacia el núcleo de la estrella y estabiliza su tamaño. Si la gravedad fuera la única fuerza presente, el Sol se encogería.

El 98% de toda la materia conocida está compuesta por hidrógeno y helio.

La materia conocida, incluida la luz, tan solo representa el 4.6% del total. El resto, desconocido, es energía y materia oscura, que operan como fuerzas anti gravitatorias y contribuyen a la expansión del universo.

El Sol parece ser una bola de fuego, envuelta en llamas permanentes. Pero no, en el espacio exterior no hay oxígeno libre para alimentar una llama. El Sol es una bola de plasma, mezcla de electrones. Cuando muera, esparcirá por el espacio todos los átomos que ha forjado y plantará las semillas de nuevos mundos.

La luz tarda un segundo en alcanzar la Tierra desde la Luna y otro más en regresar. Desde el Sol tarda ocho minutos en recorrer la distancia que lo separa de la Tierra. Si se tratase de Próxima Centauri tardaría cuatro años y dos meses.

La Vía Láctea es una galaxia que agrupa 300,000 millones de estrellas, entre las cuales el Sol es una más, que giran alrededor de un centro brillante, rodeadas de vacío. Es un disco finito y la Tierra no está en el centro sino cerca de sus límites.

Otra galaxia hermana es Andrómeda. Tiene un billón de estrellas. Andrómeda y la Vía Láctea se precipitan la una contra la otra a 100 kilómetros por segundo. Faltan 4,000 millones de años para que colisionen. Empezarán a fusionarse 1,000 millones de años antes de que explote el Sol.

A 13,000 millones de años luz las estrellas empiezan a escasear. Y son enormes. Cientos de veces mayores que las de la Vía Láctea. Y a esa distancia casi todas las luces desaparecen. Se llega a un lugar en que la luz ya no puede viajar. Es lo que parece ser un muro en el espacio y el tiempo. Ninguna luz más lejana llegará jamás a la tierra en línea recta. Es la superficie de última dispersión.

Pero eso no significa que no haya nada más allá. Podría haber muchos universos separados, incapaces de comunicarse entre sí pese a que pertenecen a un mismo todo.

La distancia que nos separa de galaxias ya remotas está aumentando. Lo que se expande es el tejido del universo. En el universo no existen límites.

La gravedad es moverse por las pendientes que la materia y la energía crean en el tejido del universo. La gravedad no es una fuerza.

A la velocidad de la luz el tiempo se congela. La luz que ha viajado por todo el universo hasta alcanzarnos es exactamente igual que cuando fue emitida. Para ser eterno habría que convertirse en luz. Es imposible, pero si lo fuera, el tiempo se detendría para ti, así que serías eterno pero sin consciencia de ello.

La teoría que afirma que todo lo que contiene el universo visible tuvo en algún momento del pasado un tamaño cero y caliente, se llama del big bang. La gravedad, o la curvatura del espacio tiempo, tuvo que haber sido más acusada en ese momento, puesto que toda su masa y energía estaba contenida en un volumen menor. Puede que fuere tan denso que la luz no pudiera atravesarlo, como si se tratase de un muro.

La fuerza nuclear fuerte, mantiene confinados a los kuarks para garantizar que la materia de la que estamos hechos no se separe. Esta fuerza fuerte representa el 99.97% de la masa que conforma nuestros cuerpos. El campo fuerte no es lo mismo que el electromagnético y sin embargo también llena el universo entero.

Existe un campo de destrucción, que actúa sobre los componentes de los núcleos atómicos mediante la radioactividad, o campo nuclear débil. Estos portadores de fuerza se denominan bosones. Y actúan mediante la desintegración de un átomo a través de la fisión de un núcleo atómico, lo opuesto a la fusión.

El mundo cuántico transforma lo que considerábamos certezas en posibilidad o probabilidades.

Los campos de cuerdas... mejor parar ahí para que no se vuelvan locos pensando en la posibilidad de que haya diez dimensiones, como sugieren que existen.

TEMAS -