¿Estamos haciendo lo suficiente para erradicar la violencia contra las mujeres?

En los últimos días hemos visto que cuando se aproxima la fecha del 25 de noviembre, llueven las publicaciones, cursos, talleres, charlas, programas, campañas y vídeos, entre otros, tanto a nivel nacional como internacional, para conmemorar el Día Internacional sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Se reitera el compromiso de los gobiernos contra este flagelo, y se llama la atención a los ciudadanos/as sobre la necesidad de respetar en todas sus formas los derechos fundamentales y humanos de las mujeres y niñas, para garantizar una pacífica convivencia y un Estado de Derecho.

Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos feminista se hacen eco de este llamado para sensibilizar a la ciudadanía sobre el mal social que afecta a las mujeres y hogares dominicanos, como es el de la violencia.

Sobre el particular, me pregunto: ¿Qué entendemos por violencia? ¿Los golpes y maltratos físicos? No, de acuerdo a la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, del 20 de diciembre de 1993, se entiende por violencia todo acto basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico; así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privatización arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada.

Además de lo establecido en ese instrumento internacional, hay otros tipos de violencias contra la mujer que se perciben en el día a día, como es la limitación al derecho de estudiar, a trabajar, a tener su independicen económica, a ganar lo mismo que un hombre, a decidir sobre su vida sexual y reproductiva, a relacionarse con quien le plazca y ser feliz y libre de acuerdo a su visión.

Ahora bien, ¿Qué hacemos para erradicar en todas sus formas la violencia contra la mujer? A nivel nacional se creó un Ministerio especializado, se han promulgado leyes de protección y garantías de los derechos de la mujer; el país ha suscrito varias Convenciones, Conferencias y Declaraciones Internacionales sobre los derechos de la mujer.

Muchas organizaciones no gubernamentales de mujeres, han venido realizando trabajos loables y de investigaciones, que han arrojado propuestas significativas para el combate con miras a fortalecer las políticas públicas que ha diseñado el Gobierno como prevención de la violencia y feminicidios. En este sentido, cabe resaltar la publicación de la Guía sobre la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la violencia contra la Mujer, del Centro de Investigaciones para la Acción Femenina (CIPAF), fundado por la extinta y reconocida feminista Magaly Pineda, que procura mediante una metodología adecuada llegar a los centros educativos, con el fin de formar desde la escuela a los niños y jóvenes en una cultura de paz.

Pero, ¿han sido suficientes los esfuerzos para la eliminación de este mal, tanto desde el sector público como privado? No, la respuesta es compleja como compleja es la solución, pues han aumentado los feminicidios, la desigualdad, la exclusión social, el maltrato físico y psicológico contra las mujeres y niñas dominicanas.

Al respecto, la Dra. Flor Rojas, directora ejecutiva del Instituto Nacional de Migración y fundadora de la Fundación para la Educación en Derechos Humanos (FUPAREDEH), publicó en su blog lo siguiente: “El abordaje para reducir los feminicidios ha sido un fracaso, pues en el país, no se han conocido aun un solo programa robusto y bien formulado en el que real y efectivamente se trabaje en dirección a reducir el problema. Lastimosamente, es de reconocer que son numerosas las razones para entender el por qué somos tan débiles en erradicar, o cuando menos acotar de modo perceptible, esta oprobiosa problemática”.

Claramente, hay un desafío pendiente tanto para el Gobierno como para todos los ciudadanos/as, tenemos superar de manera conjunta estos comportamientos violentos, el trato hacia las mujeres, las formas de abordar el problema y de llevar las campañas de concientización. No es para una fecha determinada, es de manera sostenible para los 365 días del calendario. No podemos vivir entre la Edad Media y el supuesto progreso de que gozamos hoy día, tenemos que trabajar fuertemente por una transformación cultural y social, a fin de construir una sociedad sin violencia.

Sigo creyendo que las mujeres tenemos más sensibilidad social que los hombres, somos madres y maestras, como tales, tenemos una mayor identificación con los problemas sociales. De ahí, la importancia del rol de la mujer en la promoción de un cambio radical. Comencemos desde nuestros hogares, allí donde formamos a nuestros hijos e hijas y marquemos las pautas para una pacífica convivencia.

Finalmente, comparto las expresiones que en una ocasión me dijera una gran luchadora de la democracia dominicana, víctima de la tiranía de Trujillo, Doña Josefina Padilla: “Mujer no dejes de luchar por los ideales de bienestar del pueblo, por ti misma, por tu sociedad, no descanse en trabajar para la gente. Hay muchas limitaciones en el país y mucho abandono, y tu como mujer, puedes hacer muchos cambios y realizaciones. Mujer, te invito a que continúes con esa lucha para mantener la democracia en nuestro país, la reivindicación de tus derechos en todos los niveles y para mantener la paz”.

¡Hagamos un poco más por aquellas que han perdido la vida!

Lucy Arraya