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Haití Post-MINUSTAH

El esfuerzo de algunos actores internacionales de ocultar y dar cierta apariencia de normalidad a la realidad haitiana se ha mantenido aun durante los momentos de mayor violencia política de años recientes.

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Haití Post-MINUSTAH

Después de trece años, la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití MINUSTAH (en francés) finalizó su estadía el pasado 15 de octubre, quedando en su lugar la ambigua y difusa Misión de Naciones Unidas para el apoyo a la Justicia en Haití MINUJUSTH (en francés) con mandato hasta el 15 de abril 2018.

No cabe duda que la MINUSTAH instauró el equilibrio entre fuerzas que buscaban fomentar el caos en el país, a la vez que es innegable su rol en fortalecer la capacidad técnica de la Policía Nacional de Haití y mantener un clima de relativa paz en comparación con la anarquía que siguió al derrocamiento de Aristide en el 2004.

Pero lo cierto es que esta misión zarpa de Haití dejando una dolorosa estela que pone de manifiesto la desidia e indolencia de la “comunidad internacional” para con nuestro vecino país. Su permanencia abarcó la entrada del cólera, dos elecciones presidenciales cargadas de denuncias y polémicas, y flagrantes violaciones de derechos humanos.

Se conocen de al menos 134 denuncias de abuso sexual, incluyendo un joven haitiano cuyo acto fue captado por el celular de soldados del contingente de Sri Lanka, y decenas de madres abandonadas a su suerte.

Los innumerables abusos de fuerza cometidos, que incluyeron centenas de muertos y heridos, fueron siempre tratados como daños colaterales, aun y a pesar que en algunas operaciones se usaran, como en Puerto Príncipe en el 2006, cerca de 23,000 balas y 80 granadas de mano.

El empecinamiento de las Naciones Unidas contra Haití quedó más al descubierto con el olvido de todas las denuncias de abusos realizados, y con el ocultamiento del ampliamente conocido y demostrado rol del batallón nepalés en la introducción del cólera en el país.

A pesar de presentar un balance tan sombrío, y en medio de una terrible crisis económica y continuo éxodo de haitianos hacia el exterior, la representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas en Haití, Sandra Honoré, manifestó que el mandato logró establecer un ambiente de estabilidad política a través del remozamiento de instituciones.

El esfuerzo de algunos actores internacionales de ocultar y dar cierta apariencia de normalidad a la realidad haitiana se ha mantenido aun durante los momentos de mayor violencia política de años recientes. Este sentir se plasmó en la resolución 2350 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la cual reafirmó que la salida de la MINUSTAH se realiza en un contexto de mejoramiento del estado de derecho en Haití.

Fue esta misma resolución que creó la MINUJUSTH con el impreciso objetivo de reforzar la institucionalidad, apoyar y desarrollar la Policía Nacional de Haití, y de reportar y analizar la situación en materia de derechos humanos

La misma operará con siete unidades policiales constituidas por la MINUSTAH, más otras 295 unidades, para un total de 1,275 policías, repartidos en los departamentos Ouest, Artibonite, Nippes, y la Grande Anse. También contará con 351 oficiales civiles basados en Puerto Príncipe.

Aunque su mandato inicial es de 6 meses, de acuerdo a declaraciones del ecuatoguineano Mamadou Diallo, Representante Especial Adjunto del Secretario General de Naciones Unidas en Haití y Director interino de la MINUJUSTH, se espera que la misión finalice dentro de dos años.

Dado su modesto rol, no se prevé un impacto significativo en los trabajos de esta nueva entidad, a la vez que se desconoce el rol que asumirán sus policías en momentos de tensión y puja política.

Esta será la sexta intervención de las Naciones Unidas en Haití, y a pesar de los millones de dólares gastados, y las esperanzas creadas, no puede señalarse ningún logro duradero y de importancia desde 1993, año de la primera intervención.

Recientemente el presidente Jovenel Moïse cumplió su promesa de restablecer las Fuerzas Armadas de Haití, aunque sin cuarteles, sin infraestructura, y sin una estructura definida. El aporte de este cuerpo castrense será por el momento muy limitado, como limitado ha sido el apoyo dado a esta iniciativa por una población haitiana carente de servicios básicos y en franca desesperación.

Lo que sí queda claro es que tantos años de intervención extranjera no han hecho más que fomentar asperezas e incertidumbres en Haití y la región.

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