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Crisis venezolana
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Venezuela: ¿Tendrá salida negociada?

De continuar la gente en las calles, es previsible un giro de las Fuerzas Armadas, dando al traste con el sostenimiento del gobierno

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 Venezuela: ¿Tendrá salida negociada?

Cambridge, MA. En el mes de abril del año 2002 se forma en Caracas la Mesa de Negociación y Acuerdos como iniciativa hemisférica de gestión de crisis liderada por la Organización de Estados Americanos – OEA en el marco del conflicto interno venezolano. En ese entonces César Gaviria era su Secretario General.

Más adelante, se profundiza el conflicto deviniendo en la famosa huelga general de diciembre del 2002 a febrero del 2003 que paralizó todo el país. El liderazgo de la oposición lo tenía en ese entonces Fedecámaras, secundado por la directiva y trabajadores de la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA). Es en ese contexto que Fidel Castro le recomienda a Hugo Chávez que invite a Jimmy Carter al proceso de concertación. Ante la invitación, Carter se comunica con el Secretario de Estado de los EE.UU. Colin Powell, para informar al respecto y escuchar la opinión del gobierno norteamericano, el cual vio con buenos ojos la participación del Centro Carter junto a la OEA en ese conflicto, como una colaboración no oficial.

A su vez, el Centro Carter invita a expertos en negociación y resolución de conflictos de Harvard y otras universidades para darle rigor académico y metodológico a la Mesa de Negociación y Acuerdos. Es entonces cuando se relanza la misma y el expresidente Carter pone encima de la mesa una opción de ganancia mutua: el Referéndum, figura constitucional ampliamente elaborada en la reforma impulsada por el propio Hugo Chávez.

Sobre esta propuesta, sus detalles y el proceso mismo negociaron por largos meses hasta su culminación por las vías democráticas el 15 de agosto del 2004.

En los últimos meses, la oposición había estado pidiendo precisamente la puesta en marcha de ese mecanismo, el referéndum. El gobierno hizo caso omiso. Mientras, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), en vez de mantenerse como ente facilitador de concertación a lo interno de la oposición, intentó sin el apoyo de toda la oposición, de concertar con el gobierno, perdiendo así la confianza de una parte de los venezolanos. La MUD se creyó actor y no facilitador.

Actualmente en Venezuela no hay una dirigencia política opositora que guíe a la población. Y cuando esto sucede la población sencillamente le pasa por encima a esa dirigencia política. Muchas revoluciones en la historia se han dado porque los ciudadanos sobrepasan el liderazgo político cuando no le ven claridad. Así lo ven analistas de la talla de Orlando Goncalves, quien entiende que ese liderazgo político se ha montado en la movilización ciudadana, no viceversa. Y de esta forma se ha unido a la población desesperada por la crisis.

Se visualiza el gran actor que sostiene el gobierno, las Fuerzas Armadas. Sobre todo, sus élites. De continuar la gente en las calles, es previsible un giro de las Fuerzas Armadas, dando al traste con el sostenimiento del gobierno. En esas circunstancias debería venir una Junta o Proceso de Transición donde estén presentes todos los actores de la vida política, económica y social del país. Incluyendo sindicatos, autoridades eclesiásticas e incluso algunos miembros del actual gobierno o del chavismo histórico, pues ellos tienen una parte de la población que les sigue respaldando.

La primera labor de esa transición será desarmar esa población civil, de lo contrario cualquier gobierno provisional o electo no la tendrá fácil. Es una cantidad importante de civiles que han sido irresponsablemente armados por el gobierno. Esa labor de pacificación deberá culminar en la reunificación del país. Todos son venezolanos. Será mucha la capacidad negociadora que necesitarán sus dirigentes.

Lamentablemente, el Centro Carter perdió la credibilidad para mediar en Venezuela. Una vez terminado el proceso explicado al inicio de este artículo, Centro Carter aceptó hacer lo que siempre ha sabido hacer, la supervisión del proceso electoral del Referéndum de agosto del 2015, el cual para la oposición estuvo viciado de fraude. Mientras el Centro Carter lo validó, considerándolo honesto y transparente y con ello el gobierno de George W. Bush. De ahí en adelante, la oposición política en Venezuela no confía en el Centro Carter.

Y de la OEA ni hablar, pues con el secretario Almagro no es posible mediación internacional alguna. Desde su juramentación como Secretario General, su labor ha sido más la de abogar por los principios democráticos y los derechos humanos en Venezuela, que intentar mediar.

La salida política negociada tiene que venir. Los factores determinantes son la presión de la oposición en las calles y las Fuerzas Armadas de Venezuela que juegan un factor decisivo sosteniendo el gobierno.

Nelson Espinal Báez /Associate MIT-Harvard Public Disputes Program, Universidad de Harvard.

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