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Examen para políticos

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Examen para políticos

Como si se trata de unas "pruebas nacionales", los políticos dominicanos deberían someterse a un examen que tenga como jurado al pueblo, a las comunidades, a los ciudadanos votantes, a las instituciones con moralidad pública demostrada. Los políticos deberían estar formados éticamente para la vida política. Como expresa Serani Prádenas(2006): "Quienes ejercen la política asumen responsabilidades ante la sociedad y su bienestar, lo que está por sobre cualquier interés o ambición de índole personal".

Presentamos aquí las características que deben tener aquellos políticos aptos para esta actividad, y invitamos a los políticos a responder este "examen".

- Concebir la política como una actividad de servicio público orientada al bien común, que es su esencia ética y su sentido de ser.

- Tener un sólido referente ético que guíe sus acciones, sólidas convicciones y coherencia entre su discurso y su práctica, entre su moral pública y su moral privada. Que por demás sirva de modelo cívico a la comunidad.

- Tener contacto permanente con quienes representa para así conocer los problemas que les aquejan y nutrirse de propuestas reivindicativas.

- Poseer sólidos conocimientos de los problemas económicos y sociales nacionales y regionales, un aceptable conocimiento técnico y un cierto dominio académico. Debe ser persona de su época y, por consiguiente, conocedor de su contexto histórico social, de otro modo estará inhabilitado políticamente.

- Tener capacidad de comunicación y de orientación hacia la comunidad y debe decir la verdad, siempre, con palabras y acciones.

- Hacer viable, en una relación interactiva con sus representados, los proyectos a que estos aspiran, necesitan y exigen.

- Ser capaz de crear acuerdos con la pluralidad de quienes representa, la que debe respetar y ser capaz de resolver la conflictividad que pueda originarse.

- Su liderazgo debe ser democrático, respetar la pluralidad, no autoritario ni mesiánico. Debe estimular la participación y nutrirse del conocimiento y la aspiraciones de sus representados.

Aquellos que "saquen malas notas", deben abandonar la política y dedicarse a otra cosa. Pero si insisten, simplemente, no vote por ellos.