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Hace 50 años

El joven que unas semanas antes se encaminó con pasos trémulos a inscribirse en la nueva institución universitaria, se encontró el 15 de noviembre con una casa de madera vieja en el centro de la ciudad que daría albergue primero a la casa de estudios.

Todos eran primerizos ese día. Desde el Rector, que era el primer Obispo de Santiago, hasta el más joven de los estudiantes.

Reunidos en el patio, a la sombra de una mata de cajuil solimán, iniciaban un camino que a muchos se le antojaba incierto. Incluso, algunos estudiantes se inscribieron tanto en la nueva institución como en la Universidad de Santo Domingo por si las cosas no salían bien.

El acto formal de inicio de labores se realizó en un cine de la parque céntrica de la vieja villa. Todo era esperanza e ilusión.

Se anunciaron dos carreras: derecho y filosofía, que luego se ampliaría a educación.

Lo que nadie sabía en ese momento era que los planes eran tan amplios y que concitarían tanto apoyo, que en menos de cinco años la institución estaría mudada a un moderno campus que luego se convertiría en modelo de ciudad universitaria y que esa cosa "insegura, pequeña y débil", como la llamó el poeta, daría frutos tan buenos que se convertiría en la "universidad del desarrollo dominicano".

Lo que nadie sabía aquel 15 de noviembre de 1962, hace hoy 50 años, era que Santiago y el país ya no serían lo mismo. Había nacido la Universidad Católica Madre y Maestra.

atejada@diariolibre.com