Joven para siempre

Hay quien pasa los mejores años de su vida tratando de que no pase. Luchar contra la edad es la batalla más tonta, que se emprende sabiendo que jamás se puede ganar.

Y porque está perdida de antemano, agota la energía, el tiempo y el dinero...  Pero como es la razón existencial de tantas mujeres y cada vez más hombres, será siempre un gran negocio que hará ricos a unos pocos e infelices a millones.

Ahora que ha muerto una coqueta joven de 103 años, Rita Levi Montalcini, la prensa recuerda el secreto de su vitalidad: "comer como un pajarito" y "mantener intacto el interés por las noticias políticas y de la vida del país". Más: "El cuerpo que haga lo que quiera, yo no soy el cuerpo: yo soy la mente".

¿Cómo es la vida a los cien años? le preguntó una periodista en 2009, cuando cumplía sus 100 primeros años. "Estupenda. Sólo oigo con audífono y veo poco, pero el cerebro sigue funcionando. Mejor que nunca. Acumulas experiencias y aprendes a descartar lo que no sirve". ¿Cómo se logra eso?  "La única forma es seguir pensando, desinteresarse de uno mismo y ser indiferente a la muerte, porque la muerte no nos golpea a nosotros sino a nuestro cuerpo, y los mensajes que uno deja persisten. Cuando muera, solo morirá mi pequeñísimo cuerpo."

Y así, con alegría e inteligencia, Rita Levi, Premio Nobel de Medicina, murió siendo una joven, bellísima y arrugada ancianita.

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