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Basura
Basura

Carta al alcalde David Collado

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Carta al alcalde David Collado
David Collado, alcalde del Distrito Nacional.
“Camine, si es preciso con un sombrero, unos lentes oscuros, con ropa simple, sin camisa preciosa, sin fluses airosos, con dos o tres de sus guardianes también sin que nadie los identifique, y entonces verá que es cierto lo que le digo”.

Con todo respeto me dirijo a usted para pedirle que ponga sus manos en la Zona Colonial y otros tantos lugares que le tocan a usted mantener limpios, bien armonizados y correctos. Sé que usted ha hecho mucho por otros lugares de esta Capital, pero aquí por donde vivo, las calles en su mayoría están rotas y atormentadas, las calzadas son in-caminables tanto para los que caminamos bien, y peor para quienes andan con bastones. Y ni hablar de los que se sienten en una silla de ruedas, que esos nunca podrán salir de sus casas ni siquiera a dar una vuelta por su esquina. Y de la basura ni hablar: Aunque la recogen en la mañana y al atardecer, muchos de los habitantes de estas zonas, la tiran a la calzada a cualquier hora. Basura por aquí, basura por allá, recogida y vuelta tirar a cualquier hora. Y ni hablar de los que tienden ropas en los balcones, incluyendo blumens y toda clase de porquerías.

Yo creo, señor alcalde, que hay que darles a aprender a estos “ciudadanos” lo que es un país y lo que se puede o no se debe hacer. ¿Por qué no poner letreros en las esquinas que digan que si sacan basura en horas inoportunas, serán multados? O quizás decir eso por televisión, la radio, o por automóviles que solo andan boceando escandalosas cancioneros a toda hora. Si no lo sabe, yo le puedo decir dónde están esas porquerías

Me gustaría que usted, alcalde Collado, se diera un paseíto a pie por estas zonas y por la calle El Conde donde se vende desde empanadas y miles de comidas que se cocinan y se fríen en plena vía. Y ni hablar de lo que se hace allí. El Conde ha cambiado para mal. Camine, si es preciso con un sombrero, unos lentes oscuros, con ropa simple, sin camisa preciosa, sin fluses airosos, con dos o tres de sus guardianes también sin que nadie los identifique, y entonces verá que es cierto lo que le digo.

Le he pedido esto con todo respeto por ser un Alcalde muy respetado por mí, y por ser también mi “sobrino” tan querido, ya que su padre David Collado y Collado, su padre y yo, hemos sido “hermanos” desde la infancia y todavía lo seguimos siendo. Sus abuelos paternos fueron los míos, sus tíos y tías, todavía nos queremos como hermanos. Por ese amor que tenemos sus familiares y yo, no hago nada de reproche. Lo que quiero es ayudarlo, decirle lo que hace falta y que yo pueda disfrutar con alegría de todo lo que usted ha hecho y haga lo que falta por hacer. Un abrazote, Alcalde-sobrino, de mi alma.

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