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Leer y viajar por las grandes ciudades del mundo

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Leer y viajar por las grandes ciudades del mundo

Hay libros cuyas páginas se convierten en los pliegos del mapa de una ciudad. Cartografía hecha con letras que dirige a los lectores por los rincones más recónditos de un paisaje urbano. Horacio Oliveira y "La maga" llevan 50 años paseando por París entre las líneas de "Rayuela", pero hay otros libros que han ayudado a que los lectores no se pierdan por las laberínticas calles de las grandes capitales del mundo.

Uno recuerda con cariño aquellos lugares en los que aprendió a vivir. Julio Cortázar nació en Bruselas pero sus mejores cartas siempre hablaron de París. Elena Poniatowskay se movió por Polonia, Francia y EEUU, pero se hizo periodista en las calles de Ciudad de México. Aunque, por su puesto, algunos como Leopoldo Marechal aprendieron a vivir en la misma ciudad que les vio nacer: Buenos Aires.

"Las ciudades son libros que se leen con los pies", solía cantar el uruguayo Quintín Cabrera, pero a golpe de ojo los libros pueden ser guías de viaje, y descubrir la magia de las calles de París, México D.F. o Buenos Aires.

"La magia de la RUE de Sienne que enseña París"

"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos". Una historia de amor sobre los puentes que cruzan el Sena que se puede convertir en un mapa cubierto de metáforas y analogías. El Instituto Cervantes de París ha preparado una ruta especial que devuelve a Cortázar y sus historias al Pont des Arts, que, según el director del Cervantes parisino, Juan Manuel Bonet, es "el epicentro de 'Rayuela'".

"¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la Rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua."

Los museos, cafés, el gran cementerio del barrio de Montparnasse o las largas avenidas de Saint-Germain-des-Prés se entremezclan con una mirada al pasado que Cortázar lanza al París medieval o al romántico del siglo XVIII.

Y es que Julio Cortázar fue primero un "gran lector de París", y cuando en los años cincuenta por fin puso sus pies en la "Ciudad de la luz", la hizo suya. "Rayuela" sigue encontrando nuevos lectores, que incluso desde Buenos Aires sueñan con París y que cuando llegan buscan esos rincones de las letras de Cortázar, "esa es la magia de 'Rayuela'", concluye Bonet.

Destacados:

-- "Las ciudades son libros que se leen con los pies", solía cantar el uruguayo Quintín Cabrera, pero a golpe de ojo los libros pueden ser guías de viaje.

-- "Rayuela" sigue encontrando nuevos lectores, que incluso desde Buenos Aires sueñan con París y cuando llegan a la ciduad buscan esos rincones de las letras de Cortázar.

-- Cortázar también leía. Cortázar leía mucho, y entre los libros de su mesilla, durante bastante tiempo, hubo un tomo de "Adán Buenosayres", de Leopoldo Marechal.

-- "Todo empezó el domingo" contaba, además, con los lápices de Alberto Beltrán que se propuso plasmar con trazos y sombras el méxico "más chaparrito", que diría la propia Poniatowska.