Sobre la violencia, la delincuencia y las armas
Señor Presidente: Creo que la actual ola de violencia y delincuencia no es fruto más que del descuido a que el Estado y la sociedad hemos sometido a la juventud de las últimas generaciones. Si bien se requiere que la autoridad policial mantenga la mano firme y que la justicia aplique el rigor de la ley para sacar de las calles a los violadores, no es menos cierto que la solución está en prevenir el surgimiento de nuevos delincuentes, y esto solo se lograría desincentivando el caldo de cultivo representado por los pre adolescentes que podemos ver deambulando por las calles y avenidas de nuestras ciudades y que se dedican a la mendicidad y algunos de ellos al simple raterismo, paso inicial al delito mayor como asalto y atraco cuando alcanzan mayor edad.
Por tanto, urge la prevención, y que no se diga que no hay recursos para ello, pues tales jovencitos pueden ser acogidos por las Escuelas Vocacionales de las Fuerzas Armadas, Infotep y otras instituciones oficiales y educados en una tarea productiva, aunque a algunos de ellos será preciso someterlos a reeducación o rehabilitación ante la posibilidad de que hayan caído en las garras del vicio.
Sin embargo, creemos que esta puede ser una atenuante a la degeneración que abraza a nuestra juventud y que si no le buscamos solución hoy, el futuro de nuestro país pinta sombrío.
A estos males hay que agregar el porte de armas de fuego en manos irresponsables, por lo que estoy de acuerdo con que se modifique la ley No.36 y se proceda al desarme general y la reasignación sólo para tenencia, para lo cual ya han sido presentado en el Congreso varios proyectos que no han progresado, debido a que parece que chocan con los intereses de quienes trafican con este mortífero renglón de negocio.
H. D. Dalmasi
Envía tu carta a cartaalpresidente@diariolibre.com
Por tanto, urge la prevención, y que no se diga que no hay recursos para ello, pues tales jovencitos pueden ser acogidos por las Escuelas Vocacionales de las Fuerzas Armadas, Infotep y otras instituciones oficiales y educados en una tarea productiva, aunque a algunos de ellos será preciso someterlos a reeducación o rehabilitación ante la posibilidad de que hayan caído en las garras del vicio.
Sin embargo, creemos que esta puede ser una atenuante a la degeneración que abraza a nuestra juventud y que si no le buscamos solución hoy, el futuro de nuestro país pinta sombrío.
A estos males hay que agregar el porte de armas de fuego en manos irresponsables, por lo que estoy de acuerdo con que se modifique la ley No.36 y se proceda al desarme general y la reasignación sólo para tenencia, para lo cual ya han sido presentado en el Congreso varios proyectos que no han progresado, debido a que parece que chocan con los intereses de quienes trafican con este mortífero renglón de negocio.
H. D. Dalmasi
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