Yoani Sánchez

La gira que Yoani Sánchez, la valiente bloguera cubana está realizando por el mundo ha despertado las iras de los defensores del régimen castrista. Allá donde va... piquete que se encuentra. Ese es el precio de plantar cara a una dictadura. De eso sí supieron las hermanas Mirabal.

Es curioso, la dictadura le otorgó permiso para un viaje de ochenta días, los mismos que le tomó a Phileas Fogg, el protagonista de la novela de Julio Verne, La vuelta al mundo en 80 días, ganar su apuesta.

La apuesta de Yoani por la libertad debería haber recibido el apoyo de esos grupos que la confrontan. Porque... ¿no es una mujer que defiende el derecho a la expresión, a la difusión del pensamiento, a la libertad de asociación, de libre circulación, de sindicalización, de libertad política? ¿No es esa la ideología, la de la libertad del pueblo, la que aseguran defender los movimientos que todavía soportan a esa dictadura?

Es la gran contradicción de los castristas. Esa, y la decidida obsesión por confundir al líder con el todo, al dictador con la patria. Ni Cuba es Fidel, ni Venezuela es Chávez.

Yoani Sánchez apostó por no dejarse amedrentar. Hoy, los violentos que le salen al paso, hacen, una vez más, el ridículo lamentable del que defiende a su opresor por miedo a ser libre.

Escuchar a Yoani Sánchez hablar de Cuba despierta el asombro. ¿Cómo una dictadura tan absolutamente fracasada en su proyecto, consigue todavía... "vender" eslóganes?

IAizpun@diariolibre.com