Cómo el estrés perjudica al corazón

El ritmo de vida, las prisas y la rapidez del día a día están pasando factura a nuestro corazón. El 12% de los problemas coronarios (anginas, infartos) están causados por el estrés. Por sí mismo, es capaz de provocar las mismas consecuencias en el corazón que el tabaco o la hipertensión.

Cada vez vemos más pacientes con muy pocos factores de riesgo o incluso ninguno en los que el estrés desencadena un evento cardiaco.

La relación entre el estrés emocional y los eventos coronarios mayores ha sido establecida hace ya mucho tiempo y ha sido aceptada. Pero la verificación de esta presunción se ve obstaculizada porque no existe un test científico para cuantificar el grado de estrés emocional. Pero si se ha demostrado que existe un aumento del riesgo de infarto agudo de miocardio (doble de lo normal) durante las dos horas siguientes a un episodio significativo de alteración emocional.

El estrés produce una disfunción del endotelio de las arterias: hace que la poca cantidad de grasa que puede haber en la sangre se acumule y forme una placa. Esto es lo mismo que haría el tabaco o la hipertensión y, al provocar disfunción de las arterias, comenzaría la arteriosclerosis o acumulación de placa en las arterias.

También se estimula la liberación de las hormonas del estrés (adrenalina, cortisol, noradrenalina, aldosterona...) que pone al organismo en guardia y lo prepara para la lucha o para la huida.

Además se producen otros cambios fisiológicos como el aumento de leucocitos, hematíes y plaquetas lo que espesa la sangre junto a un aumento de glucosa.

Así el estrés puede desencadenar un infarto, un accidente cardiovascular además de estar asociado a la hipertensión arterial y arritmias malignas. También provoca alteraciones psicológicas, como nerviosismo, irritabilidad, insomnio, falta de concentración y pérdida o disminución de la libido.

Claves para combatir el estrés:

Practicar meditación.

Pasar tiempo al aire libre en la naturaleza.

Hacer ejercicio regular.

Sentarse en silencio y concentrarse en su respiración durante 10 minutos cada día.

Pasar tiempo con amigos.

Escaparse con una película o un buen libro.

Sacar tiempo todos los días para las actividades que reducen el estrés.

No son las cosas en sí, sino la valoración que hacemos de las cosas, lo que nos afecta. Lo importante es la interpretación que hacemos de una situación.

*Aprender a gestionar el estrés «descubriendo las situaciones que nos liberan» es la llave para evitar problemas coronarios desencadenados por esta causa.

La autora es cardióloga.

claudiaalmonte@hotmail.com

Erika Pérez Lara