El futuro del Programa DACA – desde Washington

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El único consenso actual sobre el estado de las cosas en la ciudad de Washington, DC, es la incertidumbre. La realidad es que ni siquiera se sabe cuáles serían las condiciones de la eliminación del DACA, que no es más que una simple autorización de trabajo para ciertos jóvenes, renovable por 2 años en cada oportunidad. Lo que sí parece ser cierto es que ya no existirá más, al menos como la conocemos hoy. Esto obligaría al Congreso de los Estados Unidos a tomar una decisión, ya que se ha discutido mucho de que representantes y senadores apoyan a los Dreamers (Soñadores - Jóvenes que llegaron a EUA muy pequeños, traídos por sus padres) pero no legislan a su favor para otorgar verdaderos beneficios. Cabe destacar que el DACA es un simple paño con pasta – decisión administrativa – que beneficia a estos Dreamers con un permiso de trabajo renovable. Quizás sea necesario el impasse actual para que el Congreso de los Estados Unidos de América tome la iniciativa y legisle en este sentido. El voto del Senador McCain (que fue decisivo en el tema de la reforma de salud propuesta para abolir el ObamaCare) sería fundamental, y se señala que el Senador está interesado en pasar esta reforma como parte de su último legado fruto de su grave enfermedad. Estaremos pendientes.

Mayor rigurosidad en el otorgamiento de beneficios

Podemos esperar que en el futuro cercano haya una considerable reducción en el otorgamiento de ciertos beneficios, pero más que nada, debemos estar preparados para que cada caso sea revisado con muchísima rigurosidad antes de ser aprobado. Al salir esta columna semanal, estamos observando con preocupación una disminución de la discrecionalidad a favor de los aplicantes. Se especula que las personas que están aconsejando al Presidente tienen una verdadera retórica anti-inmigrante, si bien el Presidente en sí no lo es. Lo que sí podemos asegurarle al público que nos sigue, es que el ambiente laboral tanto en el Departamento de Estado como en USCIS está difícil. Se han reportado aumentos importantes en las solicitudes de evidencia adicional, en especial para las visas de trabajo (la actual discusión se remite al nivel de ingreso de las solicitantes versus su nivel de preparación para la posición a ocupar). Esto puede deberse a que las personas que están ocupando puestos de dirección eran empleados de “think tanks” (centro de estudios o grupo de expertos) ultra-conservadores antes de llegar el Presidente Trump. Estos agentes estarían aplicando sus puntos de vista personales en todas las agencias que tengan que ver con políticas de inmigración.

Karina Pérez Rojas