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Nutrición basada en la evidencia

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Nutrición basada en la evidencia

La nutrición basada en la evidencia consiste en el uso de evidencias científicas revisadas sistemáticamente para adoptar decisiones prácticas sobre alimentación y nutrición. De ahí que la experiencia del experto y la cooperación crítica del paciente se unan para mejorar los resultados.

Aspiramos a que tanto la práctica diaria de la nutrición clínica como las recomendaciones se basen en todas las pruebas científicas disponibles.

Esto es un tema a enfatizar, pues no es infrecuente que muchas personas tengan opiniones con respecto a lo que se considera una alimentación saludable. Encontraremos expertos en la materia discutiendo temas de interés por múltiples vías de acceso (internet, radio, televisión) y cada vez es más frecuente la pregunta, ¿a quién le creo? Demasiadas teorías, y poca evidencia.

Repasemos algunas muy populares:

Ingerir jugos verdes para desintoxicación. No encontrará ningún estudio científico que muestre la relación entre la ingesta de líquidos con vegetales y la desintoxicación intestinal o “sanguínea”. Recuerde que al ingerir alimentos de consistencia líquida, cambiará el patrón intestinal de las evacuaciones, y perderá más líquido, resultando en una pérdida de peso “irreal” que volverá a ganar tan pronto retome su alimentación regular.

Está prohibido consumir frutas de noche. Sin dudas, al finalizar el día probablemente haya ingerido el 75% de los hidratos de carbono (carbohidratos) recomendados, por lo que considerando que las frutas son azúcares, realizaremos la recomendación de moderar las porciones. De igual forma que lo haremos con los víveres, panes, leguminosas y otros. La moderación es la clave, si tomamos en cuenta que el tamaño de las raciones habituales difiere de un individuo a otro, no tienen contraindicación.

No se puede consumir agua fría, o “no se puede ingerir agua junto a los alimentos”. No existe ninguna evidencia científica sobre el impacto de la temperatura del agua y su adecuada absorción, tampoco tiene relación su ingesta con la pobre “digestión” de los alimentos sólidos. Al contrario, una estrategia para manejar el peso es iniciar con una vaso de agua antes de la comida para contribuir con la saciedad. Todos los alimentos se digieren, la duración variará dependiendo del contenido en grasas, y de factores metabólicos (ejemplo diabetes), pero no por la ingesta de agua en conjunto, salvo situaciones muy específicas.

Así como estas teorías (que muchas veces son el producto de experiencias de nuestros parientes y amigos), podrías encontrar muchas más. La intención siempre será sostener una postura firme con respecto a que no existe evidencia científica alguna para poder apoyar este tipo de conductas. Nos encontramos ante una era que avanza, que trabaja en la prevención de forma prioritaria pero siempre apoyándonos en criterios con fortaleza, con valor estadístico y con el fin común de contribuir a una mejor orientación y sobre todo, a una mejor calidad de vida para nuestros pacientes.

Pueden escribirme a erikapereznutricion@gmail.com

Instagram: @dra.erikaperezl

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