Reflujo, una gran molestia

Acidez, es el término utilizado comúnmente para describir lo que científicamente llamamos Reflujo Gastroesofágico. Esto sucede cuando el contenido a nivel del estómago retorna hacia el esófago (un órgano similar a un tubo, que conecta el estómago con la boca) y ocasiona esa sensación de ardor o acidez a nivel de cuello o tórax (pecho).

Se podría asegurar que esta molestia es una de las principales causas de visita al gastroenterólogo, siendo en muchos casos tratado con medicamentos como primera línea de manejo y/o recomendaciones para mejorar los síntomas.

Dentro de las recomendaciones más comunes en el manejo y prevención de este síntoma podemos citar:

La pérdida de peso en pacientes en sobrepeso y obesidad. (Am J Gastroenterol 2013; 108:308–328).

Elevación de la cabeza mientras duerme y evitar ingerir alimentos al menos 2-3 horas antes de dormir.

Evitar el uso del cigarrillo y alcohol.

Con pobre evidencia científica, se ha sugerido el suspender el uso de alimentos específicos como chocolate, cafeína, comidas picantes, jugos cítricos y bebidas carbonatadas.

Limite las cantidades ingeridas por comida, abundar en las porciones predispone al reflujo, por tanto, incluir porciones moderadas durante el día, en lugar de dos o tres comidas muy abundantes sería una buena estrategia de apoyo.

¿Por qué la pérdida de peso podría mejorar el reflujo?

Se sugiere que se ejercerá menor presión a nivel del esfínter esofágico inferior (esa “válvula” que conecta el esófago con el estómago), así como, inclinarse a una alimentación saludable que incluya menos grasas y azúcares permite un vaciamiento más rápido de estómago a intestino evitando que los alimentos puedan producir los síntomas del reflujo.

Ahora bien, la forma en la que usted decide alcanzar ese peso adecuado tendrá importantes repercusiones en la evolución del reflujo gastroesofágico. Esto significa, evitar dietas extremas (jugos verdes, altas en grasas y proteínas, uso de suplementos en exceso, etc.)

Si consigue adaptarse a las pautas indicadas por su médico junto a las recomendaciones nutricionales, podrá manejar de forma puntual y acertada este síntoma y evitar complicaciones asociadas al mismo.

Nutrióloga Clínica.

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Erika Pérez Lara