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Errores que debes evitar si quieres conseguir un ascenso laboral

La experta en gestión humana Luisa Bernhardt lista nueve faltas que pueden impedir que te muevas de posición en tu trabajo

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Errores que debes evitar si quieres conseguir un ascenso laboral
Para lograr un ascenso no basta con el deseo o el tiempo que tengas perteneciendo a la empresa. (SHUTTERSTOCK)

Es normal que, al tener cierto tiempo en una organización, sientas la necesidad de crecer y desempeñarte en posiciones de mayor responsabilidad. Puede que según tu criterio reúnas todos los requisitos para conseguir ese anhelado ascenso: llevas mucho tiempo en la empresa, tienes la preparación requerida y haces bien tu trabajo. Pero, ¿te has puesto a pensar que pudieras estar cometiendo ciertos errores que te impidan escalar?

La experta en gestión estratégica del capital humano y en bienestar organizacional Luisa Bernhardt Franco (@luisabernhardt) lista nueve faltas que pueden llevarte al final de la lista de candidatos e impedir que te muevas de posición. 

1. Estar siempre de mal humor

Es un hecho que nadie quiere pasar tiempo con una persona que siempre se queja, está inconforme, le encuentra el lado malo a todo y siempre esta irritado. Incluso en la película ‘Inmensamente’ podemos ver cómo la personalidad de desagrado desentona ante las demás en algunas ocasiones. Pero ojo, esto no quiere decir que debas fingir o disfrazar las emociones.

2. Creerte mejor que todos

Está bien sentirse seguro de lo que se sabe, de poseer una formación académica “superior” e incluso contar con el respaldo de un buen background, pero creer que estás por encima de los demás, que nadie sabe igual o más que tú, y encargarte de hacérselos saber, puede hacerte ver como una persona que no sabe trabajar en equipo y que incluso puede llegar a atribuirse los logros ajenos. 

“Esto puede acarrearte situaciones incómodas y errores, ya que al ser un comportamiento instalado y hecho costumbre en ti, al momento de que se plantee un reto, nuevo proyecto o iniciativa, es posible que sin pensarlo dos veces digas: yo lo hago, sin detenerte a analizar lo que involucra y si cuentas con las habilidades para ello”, explica la experta. 

3. No hablar sobre tus aspiraciones de ascender

No esperes que alguien vaya directo hacia donde estás para preguntarte si deseas ascender o aplicar a un puesto determinado. Parte de lo que te hace potable como candidato es que vean en ti aspiraciones, proponer y compartir ideas, moverte y hacerte visible. Habla, expón tu interés de crecer y ocupar esa posición para la que te sientes listo. Puede que te sorprenda lo que consigas con solo externar tu deseo de ascender.

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4. Aplicar a todo lo que aparece

Como colaborador tienes un perfil que por menos definido que esté, apunta a un área del saber o de ejecución. Es por esto que debes tener mucho cuidado al momento de escoger las vacantes a las que quieres aplicar, pues puedes dar un mal mensaje tanto a Gestión Humana como a tu supervisor inmediato, quien puede pensar que solo te interesa ganar más sin importar qué.

“Pongo un ejemplo de algo que viví: se habían posteado cinco vacantes de igual cantidad de áreas, todas diferentes entre sí, y un candidato aplicó a todas. Lo curioso es que al momento de ser seleccionado para la entrevista de una de estas y cuestionársele sobre las otras vacantes, las respuestas fueron vagas y mostró que no sabía a ciencia cierta qué se hacía en las posiciones, lo que evidencio que el interés era simplemente salir del puesto en el que se encontraba actualmente. Cuando te pique el gusanillo de hacer algo parecido, piensa en la frase ‘el que no sabe hacia dónde va, ya llegó”, dice Bernhardt.

5. Siempre tratar de justificar tus errores

Como seres humanos cometemos errores y es parte de nuestro día a día. Claro, no es que haremos de los errores nuestro mantra, pero asumirlos deja ver que eres alguien responsable, que entendió que estuvo mal y tratará de que no se repita, además de que, si no asumes la responsabilidad, culpas a otro y ese sí es un grave error. 

Aceptar retroalimentación es parte vital del crecimiento, pues cuando te niegas a recibirla, te condenas a no crecer. Bien reza un dicho que solo el que no hace nada no se equivoca.

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6. Hablar mal del jefe o superiores a sus espaldas

Puede que tu jefe no sea una perita en dulce, pero lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro. “En una ocasión, un amigo cercano me comentó que aplicaría a una vacante que se había abierto en otra área. Él me comentaba que al preguntarle por qué había decidido cambiar de área si era prácticamente el segundo al mando y tenía mayor visibilidad, su respuesta fue que necesitaba salir del ambiente tóxico que su jefe había creado y no conforme con esto agregó que sus demás compañeros pensaban igual. Claro que no fue promovido y producto de estas declaraciones Gestión Humana inició una investigación que al final dio como resultado que solo él pensaba de esa forma de su supervisor”, cuenta la especialista.

7. No tener iniciativa

Ha quedado más que evidenciado que con la velocidad a la que se mueven las organizaciones en la actualidad, los colaboradores que trabajan única y exclusivamente por instrucciones en ocasiones se convierten en una carga pesada. Si bien pedir apoyo y colaboración a tu líder no está mal, es muy diferente que te conviertas en una mochila con la que debe cargar el día completo.

Date el permiso de demostrar que tienes la capacidad de resolución de problemas, pensamiento crítico, analítico y la toma de decisiones. Expón tus ideas: no necesariamente debes estar siempre de acuerdo, y si no lo estás, argumenta las razones y vende tu punto de vista.  Muestra que eres alguien que tiene aportes valiosos y no que solo se ajusta a la marea. 

8. Tener conflictos frecuentes con tus compañeros

Estar siempre en el centro de la tormenta hace que nadie quiera estar cerca y mucho menos que llegue a su área. “Imagina que estás en el Carnaval. Ves que viene un diablo cojuelo y rápidamente te alejas para que no pueda golpearte con su vejiga. Eso mismo sucede con las personas conflictivas: ningún área las quiera cerca”, plantea. 

9. Tener una actitud poco profesional

Ser un buen profesional no solamente se remite a manejar los procesos, tener una amplia formación o ser bueno en lo que haces. Acciones como llegar tarde, sobrepasar los límites de la confianza o vestir inapropiado dicen mucho de ti y también son consideradas a la hora de ofrecerte un ascenso. 

"Si identificas que estás cometiendo alguno de estos errores, comienza a tomar acción. ‘Roma no se construyó en un día’, pero si se hubieran sentado a pensar que sería mucho tiempo, no hubieran puesto el primer ladrillo"Luisa Bernhardt FrancoExperta en Gestión Humana
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Periodista de Revista. Me apasiona escribir sobre salud mental y relaciones de pareja. De no ser periodista, sería psicóloga con un blog.