Estos son los beneficios de llevar a los niños de campamento
Ir a un campamento en verano es la mejor forma de tener a los niños entretenidos mientras se forman y descubren nuevos horizontes
Cuando acaban las clases tod@s nos preguntamos lo mismo, ¿qué hacemos con los niños? Tanto tiempo libre es difícil de administrar y más si los padres trabajan. No dejes que tus hijos se pasen las horas muertas delante de una pantalla y aprovecha estos meses de verano para aumentar sus horizontes.
Hay cientos de posibilidades entre las que poder elegir. Pero, lo más importante de todo, es que ir de campamento se convierte en un momento perfecto para descubrir las habilidades y el potencial de los más pequeños, tal y como explica Isabella Paz, pedagoga, psicomotricista y fundadora de @felicesjugando.
¿Crees que los campamentos son una buena alternativa para complementar la educación de los niños en el colegio?
Los campamentos son una muy buena alternativa para complementar ya que los niños de hoy tienen agendas de adultos. Muchos colegios duran hasta las dos de la tarde, entran a las siete y media de la mañana, son muchas asignaturas y a veces los padres son muy exigentes con las rutinas, las clases extracurriculares.
Llevan una vida de mucho estrés y también de mucha exigencia porque, el tipo de sociedad en la que vivimos, tan competitiva, lleva a que nosotros los papás también queramos que hable muchos idiomas, que toque un instrumento, que sean los mejores en matemáticas. Hay muchas expectativas sobre ellos.
Entonces creo que el verano es la mejor época para hacer lo que los niños y jóvenes quieran y disfruten.
Hay un déficit en general de naturaleza, de juego libre, los niños no juegan espontáneamente, también hay juegos reglados, de socialización por socializar, porque recordemos que en la escuela socializan en los recreos, pero se trata de poco tiempo.
De manera que los campamentos se convierten en espacios divinos para que los niños puedan hacer lo que ellos quieran, favoreciendo siempre el deporte, el aire libre, el juego libre, el arte. Todos estos elementos les ayudan a regular sus emociones, a conocerse más, a sentirse plenos.
Y lo mejor de todo es que hay una variedad hermosa y enorme de propuestas.
¿Qué destrezas, habilidades y valores deben buscar los padres a la hora de elegir un campamento de verano?
Sobre todo hay que proporcionar al niño algo muy diferente a lo que hace en el año escolar. Idealmente deberían ser campamentos al aire libre o que puedan ofrecer arte, música, teatro...
Todo lo que sea expresión emocional a través del arte, el juego, la creatividad, el baile, o sea es el momento de poder darle a nuestros hijos -sin ninguna exigencia- que sean ellos, con lo cual sí creo que, dependiendo de la edad, deben estar involucrados a la hora de elegir.
La experiencia de irse fuera para los más mayores también es muy bueno porque les da independencia. Si es fuera del país les ayuda a conectar con otras culturas y conocer gente. Irse de campamento es un momento delicioso porque la escuela es muy exigente en general.
¿Deben elegir ellos o los padres?
A partir de los seis años deben estar involucrados ellos, ya que tienen más conciencia.
¿Qué pasa si el niño no quiere ir? ¿Hay qué forzarlo?
Creo que, en vez de forzarlo, tenemos que motivarlo y animarlo. Si hemos empezado a involucrarlo desde el inicio, va a tener más deseo de ir. Y si es una una actividad a la que pueden ir primitos, hermanos, o mejores amigos, también van a disfrutar.
Ahora es que debemos aprovechar que sean libres, que puedan ser ellos mismos, que puedan crear, que puedan encontrar sus fortalezas.
¿Qué pueden hacer los padres para animarlos a ir?
Si un niño no quiere ir, puede haber muchas circunstancias. Quizá no está conectado o identificado con el tema del campamento, pero también puede ser un niño que presenta situaciones de ansiedad, miedo a lo desconocido o es dependiente; entonces, sin duda, no podemos forzar.
Siempre tenemos que ir al ritmo de los niños. Es decir, si tenemos un hijo o hija dependiente, no lo vamos a ayudar tirándolo a un campamento de independencia.
¿Cómo podemos saber si el niño está preparado?
Debemos conocer a nuestro hijo. Conociendo a nuestro hijo podemos anticipar si va a tener ansiedad de separación, por lo que, difícilmente, lo vas a poder mandar a un campamento en una finca a ocho horas. Yo siempre sugiero que nos adaptemos al momento emocional de nuestro hijo.
¿Qué podemos ir haciendo? Enseñarle las diferentes ofertas, hablarle de la posibilidad de ir a un campamento desde temprano y reconocer cuál es su don, ese talento que en el colegio no se está desarrollado por falta de tiempo y elegirlo en base a éste.
Hay muchas habilidades que la escuela normalmente no importantiza mucho en su currículo. Si vemos que tiene una habilidad escoge un campamento con esa temática.
En resumen: ¿qué recomendaciones y advertencias darías a las familias antes de apuntar a sus hijos en un campamento?
Sobre todo yo abogaría por la libertad, por que nuestros hijos puedan vivir en ese campamento la libertad de ser, la libertad de descubrirse, desarrollar su autonomía, desarrollar el placer de ver lo que son capaces de hacer. Así que escogería un campamento que les permita abrirse a todas sus habilidades.
No buscaría un enfoque académico porque de eso tienen mucho con demasiado en las mañanas y en las tardes, y los niños tienen que jugar.
Me iría por un campamento donde puedan estar al aire libre y expresarse a través del juego espontáneo, del arte, del dibujo, de la construcción y de los deportes. Yo creo que es el momento de permitir al niño soñar.
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