León David da testimonio de su creación en encuentro del Ateneo Insular

Los escritores interioristas se reunieron, en su sala virtual, el pasado 19 de septiembre de 2020 y en el encuentro León David, Premio Nacional de Literatura 2020, dio un valioso testimonio de su creación.

La moderadora, la poeta Rita Díaz, dio la bienvenida a todos agradeciendo sus esfuerzos.

De manera espontánea y sorpresiva la reunión fue dedicada ganador del Premio Nacional de Literatura 2020, el poeta y ensayista León David.

El doctor Bruno Rosario Candelier ofreció nuevamente sus felicitaciones al poeta y expresó: “Mi intención era celebrarlo y promoverlo en diferentes actividades y lugares del país, pero no pudimos”. Las palabras tomaron por sorpresa al escritor, quien se sintió agradecido por las muestras de afectos, y más adelante dio un testimonio de su creación.

Luego de ser presentados los demás escritores, el teólogo Luis Quezada Pérez expuso sobre el tema “El mito y el lenguaje del inconsciente” y explicó que “lo más profundo de la interioridad del ser humano es el inconsciente”.

“Freud nos hizo saber de la importancia y trascendencia del inconsciente personal y “Jung nos sumergió más profundamente y nos hizo ver el inconsciente colectivo”, dijo.

Agregó que “el mito es una construcción racional que brota del inconsciente” y que es un receptáculo cargado de las raíces más primigenias”.

“Podríamos decir que el mito es filosofía existencial, cósmica, universal, pero siempre situada desde las entrañas mismas de la idiosincrasia de un pueblo”, indicó.

Añadió, además: “El mito no es un pensamiento salvaje, como tantas veces se le ha tipificado”.

León David da testimonio de su creación

Al tomar la palabra, Juan José Jimenes Sabater (León David) expresó: “Si algo vale lo que pienso decir será porque voy a hablar desde mi experiencia de escritor, desde esos más de 50 años de matrimonio con esa señora, a veces un tanto díscola y caprichosa llamada Literatura. Empecemos tratando de diferenciar dos clases de escritores”.

“Por un lado, está el escritor que usa el lenguaje, la palabra, de manera utilitaria, instrumental, pragmática; y está el otro escritor, el que la usa, como solemos llamar, de manera artística, estética, literaria”, explicó.

Explicó que “el literato no utiliza el lenguaje para conseguir cosas que están fuera de lo que está diciendo, sino que en cierta medida es usado por este, porque el literato, el escritor, que es un artista de la palabra, se entrega al lenguaje”.

Señaló que para él “la escritura literaria es un camino, un puente, una puerta”.

“... un camino hacia una zona, hacia un país inexplorado, hacia un lugar en donde vamos a encontrar lo imposible, lo que creemos que no se puede hallar en ninguna otra parte; un puente porque es la manera de vincular, de unificar, de fusionar, de unir dos seres humanos de corazón a corazón y es una puerta, no hacia afuera, sino hacia los hontanales de uno mismo, hacia aquella zona misteriosa, recóndita de mi propia persona, de mi yo”, expresó.

Afirmó que, en suma, la escritura para él “no es, no ha sido y no será jamás, oficio o una profesión, sino sencillamente una manera de existir”.

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Balance Interiorismo, a los 30 años de su fundación

Bruno Rosario Candelier, creador del Interiorismo, hizo un “balance de la producción literaria mítica, metafísica y mística del Interiorismo, a sus 30 años de su fundación.

Dijo que “en los años en que el Interiorismo comenzó a tener presencia en las letras dominicanas, a partir del 1990, hay libros, poemas y narraciones que dan el testimonio de lo que el Interiorismo ha postulado como propuesta estética para la creación”.

Destacó el libro Luz de los cuerpos, de Sally Rodríguez, y el libro Las voces, de Pedro José Gris, como los dos libros que precedieron a la proclamación del Interiorismo”:

“Tanto Pedro José Gris como Sally Rodríguez formaron parte en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago de un grupo literario precursor del Interiorismo en cuanto a que allí comenzaron a gestarse los postulados del movimiento, en el 1982, cuando convoqué a los integrantes de ese grupo”, explicó.

Señaló que “esos dos escritores fueron los más importantes de esa etapa, en ese grupo literario”.

Añadió que puede citar esas dos obras como “ejemplo de inspiración para ilustrar lo que el Interiorismo luego formuló, a partir de 1990, como teoría estética”.

Igualmente destacó las obras “Un latido en el bosque, de Yky Tejada, publicada en el 1999, a los nueve años de la gestación de nuestro Movimiento, y Cementerio de la tarde, de Guillermo Pérez Castillo, “un poema modelo que es una creación interiorista”.

Igualmente, se refirió a la obra “En la voz del silencio, de Jit Manuel Castillo, de alta revelación mística, escrito por el fraile franciscano, creador interiorista, residente en Santo Domingo”.

(Texto: Miguelina Medina)

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